La investigación realizada por el gremio industrial señala que, en el caso de Costa Rica, por ejemplo, su déficit comercial con China se incrementó en un 178% desde 2010, un año antes de la firma del Tratado de Libre Comercio (TLC). Indica que este deterioro se explica, principalmente, por el aumento sostenido de las importaciones de vehículos, teléfonos y monitores. Si bien el producto más exportado por Costa Rica al mercado chino es de gran valor agregado (los instrumentos médicos), su volumen no ha sido suficiente para revertir el saldo negativo de la balanza comercial.
Ecuador y Nicaragua han registrado un deterioro del 147% y 76%, respectivamente, en su balanza comercial con China desde el inicio de sus relaciones en 2007 y 2021. Esta evolución responde a la dinámica comercial habitual entre China y América Latina, caracterizada por un intercambio asimétrico: mientras el país asiático exporta bienes de alto valor agregado —como motocicletas y tractores hacia Nicaragua, y teléfonos y automóviles hacia Ecuador— estos países colocan en el mercado chino principalmente productos primarios, como crustáceos, minerales de cobre y azúcar de caña. Esta configuración comercial contribuye a profundizar el desbalance en perjuicio de las economías latinoamericanas.

En el caso de Panamá en el año 2017 reconoce a China e inicia acuerdos comerciales. Un año antes, su déficit con China era de -USD 3.927 millones; exportaba a China USD 36 millones e importaba USD 3.964 millones. China se convirtió en su segundo “socio comercial” (intercambio +USD 5.300 millones) Para el año 2024 profundizó su déficit comercial con China a -USD 6.493 millones; exportó por USD 258 millones (+617 %) e importó por USD 6.751 millones +72%). Los beneficios para Panamá han sido tangenciales y las inversiones modestas.
En el caso de República Dominicana, que en el año 2018 reconoció a China, un año antes su déficit comercial con el país asiático era de -USD 2.587 millones. En dicho año le exportaba por USD 122 millones e importaba por USD 2.710 millones. En la actualidad, el país profundizó su déficit comercial con China, alcanzó un valor de -USD 5.621 millones; le exporta a China por un valor de USD 367 millones (+200%) e importa de China por un valor de USD 5.989 millones (+132 %). Ha recibido inversiones chinas por valor de USD 252 millones.
El Salvador reconoció a China en agosto del año 2018; un año antes exportaba por un valor de USD 46 millones e importaba desde China por un valor de USD 804 millones, lo que generaba un déficit de -USD 758 millones. En el año 2024 su déficit fue de -USD 2.678: exporta USD 52 millones (+13%) e importa +USD 2.731 millones. (+240%). Recibió infraestructura donada (biblioteca, estadio, planta de agua). Aún no se concretan inversiones productivas significativas.
Honduras es el caso más reciente. Estableció relaciones diplomáticas con China en el año 2023. En el 2022 tenía un déficit comercial de -USD 2.346 millones; exportaba USD 7,6 millones e importaba por USD 2.354 millones. Perdió inmediatamente del mercado taiwanés (reducción de las exportaciones de camarón en un 39%); en el año 2022 le exportó a Taiwán por un valor de USD 123 millones, para el 2024 apenas USD 34 millones (-72%). El déficit comercial con China fue de -USD 2.520 millones en 2024; exportó solo USD 37 millones (+387%) e importó por USD 2.557 millones (9%).

MAYOR VULNERABILIDAD
Según UIP, todas estas experiencias evidencian una mayor vulnerabilidad externa y dependencia comercial desde el inicio de las relaciones diplomáticas y/o comerciales con China. La evidencia regional muestra que cambiar de socio diplomático no garantiza mejores condiciones económicas. Por eso, Paraguay debe actuar con cautela, pragmatismo y visión de largo plazo.
Los países incluidos en la Tabla 6 son aquellos que, si bien no cuentan con un tratado de libre comercio con China, han mantenido relaciones diplomáticas con el país asiático desde el siglo pasado. De este grupo, solo Brasil ha logrado mantener un superávit superior a USD 30.000 millones, impulsado principalmente por las exportaciones de soja.
En contraste, Argentina, Bolivia y Uruguay han experimentado un marcado deterioro en sus balanzas comerciales, llegando incluso a registrar caídas superiores al 1.000% en dos décadas, como en el caso de Uruguay.
Mientras estos países exportan fundamentalmente productos primarios, como carne, China envía a la región bienes de alta complejidad y elevado valor, tales como teléfonos, máquinas para procesamiento de datos, automóviles y semiconductores. Esta situación refleja lo expuesto en el apartado anterior: China se posiciona como proveedor global de bienes con valor agregado, pero mantiene una demanda selectiva y limitada por productos industrializados.














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