Reforma de la Caja Fiscal: “el gran cascabel” que nadie se animaba a calzar al gato”

La decisión de encarar las reformas estructurales que requiere la democracia paraguaya —una de las más vigorosas y saludables de Sudamérica— se viene gestando desde el propio proceso de transición con el gobierno anterior. Sin embargo, persiste el atraso en una que es quizá la más postergada de todas; no por falta de diagnóstico ni de urgencia, sino de la férrea voluntad política que exige su abordaje: la Caja Fiscal, resalta el Poder Ejecutivo en su exposición de motivos del proyecto de ley presentado este martes al Congreso.

Reforma de la Caja Fiscal: “el gran cascabel” que nadie se animaba a calzar al gato”

El Gobierno argumenta que el sistema de jubilaciones y pensiones del sector público (que el año 2025 cierra con una pérdida de USD 300 millones, equivalentes al 80% del presupuesto del Ministerio de Salud para medicamentos) se había convertido (por décadas) en el gran “cascabel que nadie se animaba a calzar al gato”.

Señala que esta reforma es una “deuda histórica” que se erige hoy como la “última gran reforma pendiente”, y como un componente central e ineludible para garantizar la coherencia, la sostenibilidad y la continuidad del modelo de desarrollo que Paraguay ha decidido transitar.

Indica que diversos sectores de la opinión económica y pública coinciden en que, sin una solución estructural a la Caja Fiscal, el Estado arrastra un riesgo latente que compromete sus finanzas y su capacidad de respuesta futura. “No se trata solo de números, sino de responsabilidad institucional”, acota.

Agrega que, en este contexto, cobran plena vigencia las reflexiones del pensador anglo-irlandés Edmund Burke, quien sostenía que la sociedad no puede entenderse como un contrato ordinario, pasible de disolución a voluntad, como una asociación temporal para fines utilitarios. El Estado —afirmaba— no es una simple empresa destinada a satisfacer intereses inmediatos, sino una comunidad de mayor dignidad, fundada en fines que trascienden la existencia individual y el presente.

Dice que, desde esa perspectiva, el vínculo social no se agota en quienes viven hoy, sino que se extiende a quienes nos precedieron y, fundamentalmente, a quienes aún no han nacido. “La continuidad del Estado impone, entonces, un deber de responsabilidad frente al tiempo y una obligación moral de preservar las instituciones para el porvenir”.

PENSAMIENTO INTERGENERACIONAL

Pensar la reforma de la Caja Fiscal es, por tanto, pensar en las generaciones que construyeron la grandeza del Paraguay, pero también en las que deberán sostenerla y proyectarla hacia el futuro.

Expresa asimismo que el proyecto de ley, que será objeto al inicio del próximo periodo parlamentario, se inscribe en esa lógica de responsabilidad intergeneracional. “Concibe a la sociedad como un vínculo entre el pasado, el presente y el futuro, y busca sentar bases sólidas para un sistema previsional justo, sostenible y duradero”, resalta.

Añade que, sin dudas, se trata de una de las reformas más trascendentales de los últimos años. Su concreción marcará un hito en la evolución institucional del Paraguay y será una señal clara de madurez política, capaz de allanar el camino para que el país se consolide como lo que está destinado a ser: un gigante que resurge en el corazón de Sudamérica.

 

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