Las bolsas son fabricadas con fundas de algodón lisas o estampadas de géneros suaves, llevan costuras interiores y se hacen en variados tamaños y pesos. En su interior se rellenan de semillas de girasol, alpiste, lentejas, arroz, melón, sandía y hierbas aromáticas hasta quedar mullidas, con la facultad de adaptarse a distintas temperaturas dependiendo si se llevan al microondas o a la heladera.
“Una almohada terapéutica puede ser una gran aliada para un alivio rápido del dolor. Se usan a menudo por hombres, mujeres y niños incluso, son fáciles de hacerlas, no requieren mucho tiempo y, además, no son costosas; así surgió la idea y estamos sacándolas al mercado a precios más que ventajosos a juzgar por lo que cuestan en las farmacias y comercios”, aseveró Nelsi Centurión titular de la institución.
Las telas son donaciones de Grecia Arce de La Paraguaya Uniformes. Sumados, Nourhan Merhi, química y farmacéutica y, Diego Ramírez, fisioterapeuta del Hospital Ingavi, hacen su parte como facilitadores voluntarios que reparan ante todo en el costado profesional de los productos. Los demás insumos y máquinas costureras son absorbidos por gestión de la dirección del penal.
Respecto a las bondades de las bolsas en caliente y frío, las hay en beneficio de disminuir los síntomas de dolores de espalda, huesos, muscular o de juanetes, afecciones bronquiales, lumbalgia, cólicos pre menstruales y del bebé o hasta para relajar el rostro. Con referencia a los costos de las bolsas terapéuticas, se encuentran desde 20.000 guaraníes.
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