En la última parte de su rendición de cuentas, el jefe de Estado, Santiago Peña, con varios enunciados de “Quiero un Paraguay” resaltaba el anhelo de que el país pueda erradicar flagelos como la pobreza para ser una tierra de oportunidades, así como también, que pueda tener en alto a sus adultos mayores, eliminar la violencia en las mujeres de las estadísticas, revalorizar la historia nacional.
Asimismo, hizo mención a la intención de que nuestro país pueda convertirse en ejemplo para otras naciones, en estabilidad macroeconómica, con instituciones sólidas, no dejando “al débil a merced del fuerte”, con respeto al medioambiente y firme ante cualquier postura “sin tener que arrodillarse a potencias extranjeras”.
Así tambien, refirió que ante los países, Paraguay no busca caridad ni ayuda, sino alianzas estratégicas y sostuvo que está enfocado en ocupar su lugar en el concierto de naciones: “Paraguay es grande y el mundo nos está observando”.
De esta manera, el mandatario mencionó que no pretende que el país sea un mero espectador en el mundo, sino que éste lidere procesos regionales de integración.