El presidente de la República, Santiago Peña, rechazó cualquier inquietud sobre un posible perjuicio al Paraguay por las recientes disposiciones migratorias anunciadas por el gobierno argentino. “Lo que se ha planteado tiene un carácter más bien fiscal que migratorio”, explicó, en referencia a las limitaciones al acceso de extranjeros a servicios públicos en ese país.
Peña atribuyó la medida a la política de reducción del gasto impulsada por el presidente Javier Milei, cuyo Ejecutivo busca “evaluar el costo que Argentina está asumiendo” al brindar educación, salud y seguridad a personas no contribuyentes. “Es una decisión interna de ellos que obedece a criterios de austeridad y no tiene efecto alguno sobre nuestros ciudadanos”, afirmó el mandatario.
El jefe de Estado aprovechó para reiterar el compromiso de su gobierno de “generar condiciones” que permitan el retorno voluntario de paraguayos residentes en Argentina. “Estamos trabajando en facilitar trámites y apoyos para quienes quieran regresar”, señaló Peña, sin entrar en detalles sobre nuevos incentivos o programas de repatriación.
Asimismo, el presidente destacó la “excelente relación bilateral” con Buenos Aires y confió en que ambos países continuarán colaborando en seguridad fronteriza, comercio y apoyo a comunidades migrantes. “Nuestra prioridad es proteger los derechos de los paraguayos dondequiera que se encuentren, y estas reformas argentinas no alteran ese propósito”, concluyó.