Para fin de 2022, la Encuesta Permanente de Hogares Continua indica que en Paraguay el 60,7% de la población adulta mayor posee un beneficio previsional, de los cuales el 46,4% corresponde a la Pensión Alimentaria.
En tan solo 12 años, la decisión de la implementación y ampliación de la Pensión Alimentaria permitió que la mayoría de la población adulta mayor tenga recursos disponibles para la cobertura de sus necesidades básicas. Asimismo, en ese lapso Paraguay se acercó a los promedios regionales (68,8% en el año 2019), según refiere la Dirección de Pensiones No Contributivas (DPNC).
Como antecedente de los datos presentados más arriba, la DPNC da cuenta que por circunstancias históricas e inadecuaciones de los esquemas previsionales la cobertura de jubilaciones y pensiones contributivas en la población adulta mayor ha sido limitada. En los últimos 13 años, nunca superó el 17%.
Con la sanción de la Ley 3728/2009, se estableció el beneficio de Pensión Alimentaria, instrumento no contributivo que otorga una protección económica (equivalente al 25% del salario mínimo) a los estratos más vulnerables de la población mayor de 65 años, refiere la DPNC dependiente de la Subsecretaría de Estado de Administración Financiera (Sseaf).
Tal como se observa en el gráfico, en 2010 -comienzo de la implementación de la pensión- la cobertura previsional alcanzaba solamente al 15,4% de la población de 65 años y más. Progresivamente, la Pensión Alimentaria generó una ampliación de la cobertura de previsión social. Ya en el año 2013 la Pensión Alimentaria cubría a más adultos mayores (16,1%) que el conjunto de jubilaciones y pensiones contributivas (14,5%).
Por último, desde el Ministerio de Hacienda se destaca el rol económicamente redistributivo de la Pensión Alimentaria, con un claro impacto en la reducción de la pobreza y de la desigualdad de ingresos.