El viceministro de la Niñez y Adolescencia, Eduardo Escobar, alertó sobre el alarmante número de denuncias de abusos y situaciones de riesgo que afectan a niños, niñas y adolescentes en Paraguay. Solo en mayo, la línea 147 recibió más de 1.275 reportes de casos de vulneración, lo que motivó una profunda reestructuración del servicio.
Escobar explicó que al inicio de la actual administración, la línea de ayuda funcionaba con apenas diez operadores para atender llamadas las 24 horas del día, lo cual resultaba insuficiente. “Hoy tenemos 35 operadores activos gracias a una reingeniería apoyada por el Ministerio de Economía y el Congreso”, indicó. Las llamadas ahora son canalizadas no solo al Ministerio Público y a la Defensa Pública, sino también reciben seguimiento directo desde el Viceministerio.
El funcionario subrayó que esta mejora operativa busca garantizar una intervención efectiva y una real protección para las víctimas. “Antes la gente llamaba y no encontraba respuesta. Hoy nos aseguramos de hacer seguimiento, hablar con fiscales, jueces y defensores públicos, y si el proceso se estanca, nosotros mismos levantamos el teléfono”, afirmó Escobar.
Además, destacó el trabajo articulado con otras instituciones en casos de alto impacto, como el recientemente ocurrido en una institución educativa de Asunción. “Estamos dialogando directamente con el MEC y con la Fiscalía para apoyar la investigación y contener a las víctimas y sus familias. Ese es el rol del Estado”, sostuvo.
Sobre las estrategias a largo plazo, el viceministro reconoció que el endurecimiento de penas no es la solución definitiva, aunque sí puede funcionar como un disuasivo temporal. En ese sentido, el Código Penal fue actualizado para corregir errores conceptuales: “Desde 1997 se hablaba de autonomía sexual para niños, cuando lo correcto es hablar de indemnidad sexual. Eso ya fue corregido”, explicó.
Escobar también se refirió a las campañas preventivas como “Todos Somos Responsables” y el lanzamiento de la guía nacional para prevenir el abuso sexual, elaborada en consenso con organizaciones civiles y adaptada por edades. Asimismo, destacó el uso de herramientas lúdicas para la educación temprana.