El proyecto «Hambre Cero» busca asegurar la alimentación del 100% de los estudiantes durante los 180 días del año lectivo, abordando desafíos como la desnutrición infantil y el absentismo escolar. Zárate expresó su total acuerdo con los objetivos, pero destacó las complicaciones en la implementación.
Uno de los puntos de preocupación planteados por Zárate se centra en el desfasaje existente en la alimentación escolar. Aproximadamente 350,000 alumnos ya reciben almuerzo, y otros 400,000 merienda, pero no durante los 180 días, planteando interrogantes sobre la efectividad del programa.
La preocupación financiera también fue subrayada por Zárate, quien cuestionó la redistribución de recursos existentes en lugar de asignar nuevos fondos al programa. Según él, la dependencia de recursos finitos de Itaipú podría llevar al fracaso del proyecto.
El ex ministro abogó por la descentralización y la creación del capital social, argumentando que quitar la administración a las municipalidades y gobernaciones sería un retroceso en el proceso construido a nivel nacional. Zárate instó a apoyar a las autoridades locales en lugar de centralizar la administración, basándose en la confianza necesaria para el crecimiento del capital social.
En sus críticas, Zárate concluyó señalando que la reacción negativa de intendentes y gobernadores era esperada debido a la falta de cabildeo necesario por parte del Gobierno, indicando que las mayorías parlamentarias podrían no reflejar el pensamiento del pueblo. Sus declaraciones proporcionan una visión crítica y reflexiva sobre la implementación del ambicioso proyecto «Hambre Cero».














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