En la comunidad indígena Jasukavenda, donde habitan 73 familias, fueron beneficiadas unas 300 personas con el vital líquido. La inversión fue de USD 157.800. Mientras que en la comunidad indígena Piraymi, unas 88 familias, alrededor de 440 habitantes, elevarán su calidad de vida. El monto destinado para este sistema de agua fue de USD 118.150.
Ambos sistemas constan de 1 pozo profundo a pared desnuda; un equipo de bombeo instalado y un equipo de reserva. El tanque elevado metálico es de 15.000 litros; mientras que el transformador es de 15 KVA. Se dispuso asimismo la colocación de tuberías para las conexiones domiciliarias y un equipo de dosificador de cloro.
Las comunidades originarias siempre se abastecieron a través de los cauces hídricos que estaban entre 6 y 8 kilómetros de distancia de sus viviendas, lo que representaba un acarreo a pie de aproximadamente dos horas. Sin embargo, el agua de los arroyos y nacientes no eran aguas seguras ni suficientes para cubrir las necesidades más básicas.
En la actualidad, estos sistemas de agua permiten a estas comunidades acceder de manera directa a este líquido vital. “Desde hace 51 años acarreo agua desde el arroyo y ahora puedo descansar un poco”, destacó una de las beneficiarias, perteneciente a la comunidad indígena de Jasukavenda.