La generosidad y el servicio son los grandes protagonistas de la Semana de la Generosidad, un esfuerzo por parte de la Asociación Vuelve a Soñar, a través de su proyecto «Yo Amo a la Familia», que busca impactar positivamente en las comunidades más vulnerables. Este año, la iniciativa, hasta el momento, se encuentra alcanzando a más de 1000 niños y niñas de barrios como la Chacarita, el Bañado, Santa Ana y Jukyty, donde la falta de recursos y apoyo es una realidad constante.
Durante esta semana especial, se organizaron actividades que combinan prevención, diversión y apoyo emocional. Las charlas educativas y los shows con títeres, que transmitieron mensajes de amor y esperanza, fueron recibidos con entusiasmo por los niños, quienes se mostraron bastantes contentos. A cada niño se le entregó un pequeño obsequio, como recordatorio de que no están solos y que sus sonrisas tienen un gran valor.
Ana Vera, coordinadora del proyecto «Yo Amo a la Familia», destacó la importancia de llevar estos mensajes de esperanza a los barrios más necesitados. En una entrevista con la RCC, Vera explicó que este programa no solo trabaja en la prevención del abuso infantil, sino que también se enfoca en el desarrollo emocional de los niños, especialmente en zonas donde la generosidad y la solidaridad son fundamentales para su crecimiento.
“Es fundamental que los niños reciban no solo educación sobre prevención, sino también apoyo emocional y esperanza. La generosidad transforma vidas y es un valor que debemos cultivar no solo en diciembre, sino durante todo el año”, expresó Vera.
El impacto positivo de este proyecto se vio reflejado en las caras de los niños, quienes, al recibir sus kits y participar de las actividades, mostraron una alegría inigualable. Esta experiencia no solo fue un acto de generosidad, sino también una forma de sembrar esperanza en quienes más lo necesitan.
A continuación, las palabras de Ana Vera, coordinadora del proyecto Yo amo a la Familia:
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