Maratón Nacional de Oración «Llamado a la oración en unidad»

En el año 2000 Paraguay atravesaba una muy grave crisis política, social e institucional. En el sombrío horizonte se perfilaba la amenaza de una guerra civil, a partir del asesinato del vicepresidente de la República a manos de una de las facciones en pugna.

El evangelista Walter Neufeld, fundador del Ministerio Evangelístico Jesús Responde al Mundo de Hoy, se sintió guiado por el Señor para realizar una santa convocatoria a la iglesia paraguaya para orar en unidad durante 24 horas ininterrumpidas en favor de la nación.

El llamado encontró un entusiasta eco y el Señor respondió de manera maravillosa a los pedidos presentados ante Dios en ese mes de agosto. Esto, a su vez, dio como resultado que año a año se han venido celebrando encuentros similares de oración, tanto en la capital como en decenas de ciudades del interior.

Miles de plegarias se han levantado ante el Trono de la Gracia cada mes de agosto en el marco del Maratón Nacional de Oración. Peticiones relacionadas a las diferentes áreas de la sociedad, que el Señor fielmente ha respondido, una a una, en el tiempo propicio. Asimismo, la proclamación de la Palabra y la adoración, junto con la participación de todo tipo de iglesias, etnias y grupos de edad, han dado forma a este evento unido, único en su tipo en el Paraguay.

Este año, en la 22ª versión del Maratón, enfrentamos grandes desafíos en el plano de la iglesia, de la nación, y del mundo entero. Con el lema PREPARANDO CAMINO AL SEÑOR, la magna cita está prevista para el 13 y 14 de agosto, fecha en que esperamos ver a miles de cristianos orando a favor del Paraguay y el mundo.

Sin embargo, la magnitud del desafío actual demanda que desde el mes de mayo se dé inicio a un movimiento de intercesión en unidad, humildad y santidad, en respuesta a la guía del Señor, que invita a Su pueblo a trabajar durante los meses venideros en estos tres aspectos que deben ser fortalecidos en la vida de la iglesia.

En esta época, más que nunca, es pertinente el llamado para ir unidos ante Dios. La iglesia, la nación y el mundo necesita su intervención poderosa para producir todo aquello que es necesario en estos tres ámbitos. Lo hizo en el pasado. ¡Lo hará de nuevo!

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