“Lomos de burro o lomadas” son los nombres que llevan los reductores de velocidad más conocidos y más aplicados en el país, los cuales intentan a raíz de su forma provocar la prudencia en los conductores sobre las calles y avenidas.
Sin embargo, a pesar de los muchos beneficios que este método puede causar, se ha generado toda una contienda con respecto a la instalación de lomadas en ciertos tramos, que según alegan comisiones vecinales y comercios, ser “innecesarios”.
En este sentido, atendiendo a quejas generalizadas a consecuencia de la implementación de estos considerados “obstáculos”, la Fiscalía General del Estado presidida por su titular Emiliano Rolón, emitió un pedido dirigido al Ministerio de Obras Públicas y Comunicaciones (MOPC) con el objeto de evaluar la inserción y permanencia de lomadas en sitios no requeridos.
Por lo cual, el Ministerio Público insta a las autoridades entre ellas, Rodolfo Segovia, ministro de Obras Públicas a justificar la razón y posición de este tipo de estructuras, más comunes en algunos puntos más que en otros.
La finalidad del argumento expreso, corresponde a que se desea reducir las posibilidades de accidentes o altercados que estas lomadas pudieran ocasionar por la excesiva altura con las que cuentan o en caso de no ser visualizadas.
Con relación a ello, se deja a continuación el escrito emanado por el órgano:
Es importante referir, que en países vecinos como la Argentina y el Brasil ya existen estatutos que regulan la colocación de las lomadas en las carreteras y calles principales.
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