En ese contexto, informa que el consumo final de energía en el año 2024 alcanzó los 6.388,5 ktep (energía que rinde una tonelada de petróleo), lo que significó un crecimiento del 10,9% respecto al año 2023. Al mismo tiempo, el consumo de derivados del petróleo creció un 13,4% y el de electricidad, un 21,6%, mientras que el consumo de productos de la biomasa primaria (leña) y derivados decreció un 0,7%.
El incremento registrado en el consumo de electricidad en el año 2024 significó un aumento de 2,3 puntos porcentuales en su participación en la estructura del consumo final de energía a nivel nacional, mientras que el incremento en el consumo de derivados del petróleo representó 1 punto porcentuales más en dicha estructura.

El documento señala que la mayor participación de la electricidad y los derivados del petróleo en la composición del consumo final de energía arrastra por debajo del 30% la participación de los productos de la biomasa en dicha composición. Respecto a la magnitud de los cambios observados en la composición del consumo final de energía, indica que hay una incidencia directa de la penetración sostenida de la electricidad en el consumo final que se viene registrando año tras año en la mayoría de los sectores consumidores, además del impacto que significa el notable crecimiento en el consumo de derivados del petróleo registrado en el año 2024 particularmente en el sector del transporte carretero.
CONSUMO FINAL DE ENERGÍA
El BEN agrega que el consumo final de energía eléctrica en el año 2024 alcanzó los 19.444,2 GWh (Gigavatios), experimentando un incremento del 21,6 % en comparación con el año previo. Este aumento supera la tasa de crecimiento acumulada del 5,8 % observada durante la década anterior, comprendida entre los años 2013 y 2023, señalando una aceleración notable en la demanda eléctrica en tan solo un año. Desde el punto de vista estructural, el sector residencial continúa siendo el de mayor demanda, con el 39,5 % del total del consumo registrado.

En el año 2024, el consumo total de electricidad por unidad de PIB resultó en 0,371 kWh/USD, superando en un 16,6% al 0,318 kWh/USD registrado en el año anterior. Este comportamiento puede reflejar una menor eficiencia en el uso de la energía o una falta de inversión en tecnologías de eficiencia energética.
Otra posibilidad es que el crecimiento económico haya sido impulsado por sectores más intensivos en energía, aunque este crecimiento no haya estado acompañado por mejoras proporcionales en eficiencia energética o en la implementación de infraestructuras más sostenibles. El informe añade que no hay que descartar la incidencia que tiene el crecimiento del consumo de electricidad en el sector residencial y el crecimiento del consumo en actividades con poco o ningún aporte en la creación del PIB.

En conjunto, en el año 2024, la electricidad, el combustible diésel, la gasolina, la leña y el bagazo en ese orden, contribuyen en un 90% en la satisfacción de las necesidades energéticas del país; el resto de los productos energéticos apenas tienen un 10% de participación. El año pasado la electricidad se situó como el principal producto energético en la satisfacción de las necesidades nacionales, superando al combustible diésel que en el año 2023 ocupaba esta posición.














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