La semana santa no es una celebración cualquiera. Es la muestra del gran amor de Dios hacia la humanidad. Nuestra condición es terrible, ya que no podemos acercarnos a Dios por nuestros propios medios. Nuestra condición pecadora nos separa de Dios. Todos somos pecadores, una mentira sin importancia, una grosería, un engaño, un mal pensamiento, un mal deseo, etc. Y alguien tenía que solucionar este problema, quitar lo que separa de Dios. Y fue Dios mismo que tomó la iniciativa de arreglar esta separación. El pecado debe ser castigado y nosotros al ser pecadores no podemos quitarlo entre yo y El. Por lo tanto, Dios en su gran amor envía a su Hijo Jesucristo al mundo para que sea castigado por el pecado. Jesús fue castigado por Dios, por todos nuestros pecados con la finalidad de que podamos acercarnos a Dios y poder estar en comunión con El. Se puede decir, que es una celebración donde se muestra el amor de Dios al dar a su Hijo para que sea castigado por mi pecado.
Sin embargo, se debe tomar en cuenta lo que hace esta obra de Cristo en nuestras vidas, que es lo que realmente significa. Se debe decir que este sacrificio me redime, pero, ¿Qué significa esto? Esta es una palabra que aparece en las Escrituras y tiene varios significados en relación con mi pecado. Lo primero que indica en esta obra de Cristo, es que hubo un sacrificio en donde se derramó la sangre de El para limpiarme mi pecado. La Escritura cita que sin derramamiento de sangre no hay remisión por el pecado, es decir no hay perdón por mi pecado. Otro aspecto que indica esta palabra, que el sacrificio de Cristo, la redención, borra mis pecados, este sacrificio de derramamiento de sangre, hace desaparecer todos mis pecados. A lo que Escritura añade que Dios no se acordará más de mis pecados, dice que los echará en el fondo del mar no se acordará más de ellos. Por otro lado, esta palabra redención, apunta al hecho que Dios me compró por medio del sacrifico de Cristo en la cruz, pagó un precio por mí. Y eso fue el derramamiento de su sangre. Por tal razón, puedo decir que soy pertenencia de Dios, porque me compró con su sangre debido a que la derramó en la cruz por mí.
Si me doy cuenta, la celebración de la semana santa tiene un gran significado. Se puede decir que mis pecados fueron quitados entre yo y Dios y puedo tener una relación personal con El. Esta celebración nos debe llevar a ser agradecidos con Dios al quitar lo que nos separaba de Él y recordar lo que Cristo sufrió por mí al recibir el castigo por mis pecados, fue azotado, tuvo una corono de espinas, le traspasaron su costado con una lanza, fue clavado en la cruz y allí falleció. Pero todo no termina allí, El al ser sepultado no se quedó allí. Tú puedes visitar la tumba de grandes hombre y al abrir esos sepulcros te encontrarás con sus restos. Sin embargo, al visitar la tumba de Cristo te encontrarás con una gran sorpresa, Cristo no está allí, pues ha resucitado. Este evento también es parte de lo que se celebra en semana santa, no tan sólo su sufrimiento y muerte, sino que también su resurrección. Cristo está vivo y subió al cielo a preparar lugar para nosotros. Y ahora se espera que regrese otra vez a buscarnos para estar con EL ¿Te estás dando cuenta de lo que celebramos en esta fecha? A pesar de nuestras actividades se debe dejar un tiempo para recordar lo que Dios hizo por mí, castigo a Cristo por mi pecado, El murió y resucitó al tercer día.
Este sacrificio tiene consecuencias eternas en mi vida, debido que al entrar en una relación de fe con Cristo, es decir, creer en Cristo que cuando Él estaba muriendo en la cruz lo hacía por mí también. Estaba siendo castigado por mí y que mis pecados fueron limpiados y borrados y por lo tanto puedo tener una relación eterna con Dios por medio de Cristo. Por lo tanto, seamos consecuentes con esta celebración dejando un tiempo para agradecer a Dios por lo que hizo por mí.
Estos aspectos y muchos otros guardan una estrecha relación con la semana santa, por lo tanto debo pensar también como agradecer a Dios en esta fecha el gran amor de Dios al dar a su Hijo, y agradecer a Cristo porque tomo mi lugar.
Dejá tu comentario