Paraguay enfrenta una amenaza real de crisis energética en el corto plazo, según advirtió el economista jefe del Centro de Estudios Económicos de la Unión Industrial Paraguaya (UIP, Julio Fernández, quien sostuvo que el país podría comenzar a experimentar serios problemas de abastecimiento eléctrico ya en 2027, si no se actúa con urgencia. Aunque el colapso total pudiera darse recién hacia 2030, Fernández afirmó que el punto de quiebre será dentro de apenas dos años.
“Estamos agotando el excedente energético y no hay planes concretos de nuevas fuentes de generación”, alertó. En entrevista reciente, el especialista explicó que la Administración Nacional de Electricidad (ANDE) ha iniciado importantes obras de modernización en transmisión y distribución, lo cual es positivo, pero advirtió que no existe una planificación equivalente en el área de generación, que es clave para garantizar la sustentabilidad del sistema.
Según Fernández, el país ha pasado más de 40 años sin invertir en nuevas centrales, a pesar del crecimiento sostenido de la demanda. Como resultado, el actual superávit energético se está reduciendo rápidamente. “En verano ya se observan transformadores que explotan, y si no hay más oferta, la situación será crítica. Podríamos tener varios cortes de luz por semana”, aseguró.
El consultor fue aún más enfático al señalar que la tarifa eléctrica actual, la más baja de América Latina, “se va a acabar”. En un escenario de déficit energético, Paraguay se vería obligado a comprar energía o importarla, algo que Fernández calificó como un retroceso y un “fracaso” nacional, considerando que el país históricamente ha sido un gran generador y exportador de electricidad.
“Hoy el sistema sigue sosteniéndose gracias a Itaipú y Yacyretá, pero la demanda interna crece sin freno. Si no se construyen nuevas centrales desde ahora, el colapso será inevitable”, afirmó. En ese sentido, mencionó alternativas como proyectos fotovoltaicos, pequeñas centrales hidroeléctricas y eventualmente un gasoducto, pero advirtió que el tiempo apremia y las decisiones deben tomarse ya, durante este gobierno.
Fernández también cuestionó el posible fin del acuerdo de cesión de energía de Itaipú en 2027, lo que podría quitar un margen adicional al sistema si no se renueva con condiciones favorables. “Si se cancela sin una solución de respaldo, el problema se agrava. Necesitamos liderazgo, planificación y acción inmediata”, sentenció.
La advertencia no es nueva, pero cobra especial urgencia en un momento clave para la infraestructura energética del país. Sin una estrategia integral que contemple nuevas fuentes, inversión, diversificación y eficiencia, Paraguay corre el riesgo de pasar en pocos años de país exportador a dependiente energético, con consecuencias directas para la economía, la industria y la vida cotidiana de los ciudadanos.














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