Durante una conferencia, realizada en formato virtual recientemente, señaló que la inflación internacional y las medidas proteccionistas, como la Directriz 1115, de la Unión Europea, imponen igualmente trabas a los productores de alimentos latinoamericanos, limitando su acceso a los mercados, encareciendo los costos financieros.
Expresó que nuestra región, que incluye a Brasil, Argentina, Uruguay, Paraguay y Chile, es clave en la producción y exportación de alimentos; sin embargo, la presión de subsidios agrícolas en países desarrollados, junto con crecientes exigencias ambientales y sociales, compromete la competitividad de los productores cooperativos.
RETOS INTERNOS: LIDERAZGO, PARTICIPACIÓN Y MODERNIZACIÓN
Sawatzky advirtió que al interior de las cooperativas, el envejecimiento de la población y la falta de renovación dirigencial amenazan su capacidad para enfrentar los cambios tecnológicos, económicos y financieros. Indicó además que la escasa participación de los socios en asambleas y procesos de toma de decisiones debilita el gobierno corporativo y limita la construcción de estrategias sólidas.
Asimismo, manifestó que persiste la necesidad de dinamizar los consejos de administración y adoptar modelos de gestión más participativos, con miras a garantizar la competitividad y el bienestar de los asociados.
“CAMBIO CLIMÁTICO” Y NUEVAS TECNOLOGÍAS
El dirigente cooperativo comentó asimismo que el impacto del cambio climático —y los debates sobre su supuesto origen antropogénico (humano, que requiere estudios científicos más serios)— constituye otro desafío relevante para las cooperativas. “Aunque (el pretexto del supuesto cambio climático producido supuestamente por el ser humano) representa riesgos para la producción, también abre oportunidades para desarrollar prácticas sostenibles y responsables. En ese sentido, resaltó que las cooperativas deben invertir en innovación, agricultura de precisión y herramientas como sensores, drones y sistemas de información geográfica, asegurando la inocuidad y calidad de sus productos”, enfatizó.
JUVENTUD Y FORMACIÓN: PILARES PARA EL FUTURO
Por otra parte, Sawatzky observa la inclusión de jóvenes en los órganos de administración y gestión como un “factor clave” para garantizar la sostenibilidad del sector. “Su capacidad para incorporar nuevas tecnologías puede fortalecer la competitividad y la resiliencia de las cooperativas. Además, la capacitación en valores éticos, liderazgo, finanzas y tecnología es esencial para consolidar su participación y fomentar el sentido de pertenencia”, remarcó.
Asimismo, destacó la importancia de fortalecer la identidad, la transparencia y la modernización, imprescindible para resistir las presiones externas e internas. En ese contexto, reafirmó que los siete principios cooperativos —adhesión voluntaria, control democrático, participación económica, autonomía, educación, cooperación entre cooperativas e interés por la comunidad— deben seguir guiando el accionar de estas organizaciones.
LA UNIÓN ES LA MAYOR FORTALEZA
Por otro lado, señaló que la mayor fortaleza de las cooperativas radica en la unión, recordando el lema: “Lo que uno no puede, muchos lo pueden. La colaboración entre cooperativas y la inversión en formación de nuevas generaciones son estrategias indispensables para afrontar un futuro cada vez más complejo”, insistió.
Finalmente, al evocar una cita del Dr. Eusebio Ayala, expresidente del Paraguay, durante la Guerra del Chaco, dijo: “El hombre que no es capaz de adaptarse a los cambios de su tiempo es un residuo social. Lo aplico a las cooperativas: Una cooperativa que no es capaz de adaptarse a los cambios de su tiempo, no es un residuo social, sino que está destinada a morir”.