Con una última cuota de USD 115 millones, abonada este mes, se pone fin al compromiso financiero de casi 50 años de la entidad para concretar este colosal emprendimiento.
De esta forma, Paraguay y Brasil obtienen un legado patrimonial, en igualdad de derechos y condiciones, además de una planta hidroeléctrica eficiente para seguir cubriendo con calidad y confiabilidad las necesidades energéticas de ambos pueblos.
La cancelación de la deuda implicó reestructuraciones y soluciones que derivaron en acuerdos claves para contar con una central hidroeléctrica totalmente amortizada en el 2023.
Entre esas soluciones se destacan las sucesivas reducciones de las tasas de interés de los préstamos vigentes y la dolarización de la deuda, por ser la moneda de referencia de operaciones de la Binacional.
Así también se destaca el establecimiento y posterior retirada del factor de ajuste anual contemplado para mantener constante el valor de los saldos deudores en dólares, el compromiso empresarial con medidas para saldar la deuda en tiempo y forma; y el cambio en la estructura organizacional para la gestión y el control del servicio de la deuda, entre otros.
Con una producción que ya superó los 2.910 millones de megavatios hora (MWh) desde el inicio de las operaciones de la usina en 1984, el emprendimiento cumplió satisfactoriamente los requerimientos energéticos de los sistemas paraguayo y brasileño; propiciando la radicación de industrias y el desarrollo de las ciudades que se encuentran en su área de influencia directa.
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