Cada 22 de febrero, Paraguay celebra el día del Tereré, una fecha que va más allá de la simple tradición: es un homenaje a la herencia cultural que la bebida fría de yerba mate ha significado para el pueblo paraguayo a lo largo de los años. Pero este día no solo es para recordar la unión y la amistad que genera el compartir un tereré entre amigos y familia; es también para reconocer el valor económico de esta tradición, que ha sido la fuente de sustento para muchas familias en todo el país.
En cada rincón de Paraguay, el tereré es mucho más que una bebida refrescante. Es un medio de vida para aquellos que se dedican a cultivar yerba mate y a cosechar remedios refrescantes, y para aquellos que venden estos productos en las ciudades. Los remedios refrescantes como la menta, son uno de los ingredientes que transforman a esta bebida en una verdadera cultura, pero también en una forma de subsistencia para miles de familias.
Este sábado 22 de febrero se celebra, por ley, el Día Nacional del Tereré, una fecha que rinde homenaje no solo a la costumbre de beber esta infusión fría, sino al trabajo detrás de ella. Para muchos paraguayos, la venta de tereré y yuyos es la principal fuente de ingresos. Desde los pequeños productores rurales que cosechan la yerba con dedicación, hasta los comerciantes que, con esfuerzo y pasión, mantienen viva la tradición en cada mercado, el tereré les ha dado un futuro digno. En un país donde las temperaturas pueden superar los 40 grados en verano, el tereré es la bebida de todos los días, el refresco esencial para soportar el calor implacable, pero también una de las pocas cosas que les da de comer.
La Ley N° 4.261/2011, que declaró al tereré Patrimonio Cultural y Bebida Nacional, no solo reconoce su valor como símbolo de identidad, sino que busca preservar y fortalecer esta tradición para que siga siendo una fuente de sustento para tantas familias humildes que dependen de su cultivo y distribución. Desde la producción de la yerba hasta la venta de los remedios refrescantes, el tereré forma parte de la vida de todos los paraguayos, y no es exagerado decir que para muchos, es un pilar económico fundamental.
Hoy, más que nunca, el Día del Tereré se celebra con un sentimiento de orgullo profundo, recordando que esta tradición no solo representa el alma del país, sino que también tiene un impacto directo en la vida de quienes, con su trabajo diario, hacen posible que el tereré siga siendo parte esencial de cada jornada. Porque para muchas familias paraguayas, cada sorbo de tereré no solo refresca el cuerpo, sino que también alimenta su esperanza.