Fue durante una incursión realizada en la reserva forestal de la firma «Agro Toro S.A.», ubicada en el distrito de Ñacunday.
El procedimiento se llevó a cabo mediante informaciones confidenciales recibidas por los antidrogas sobre supuestas transgresiones a la Ley 1340/88 y sus modificaciones contempladas en la Ley 1881/02.
En la ocasión, los intervinientes cortaron cuatro parcelas de la hierba, la primera con plantación de 1 hectárea en etapa de crecimiento y las demás con 2 hectáreas cada una que estaban lista para cosechar. Igualmente, inutilizaron 500 kilos de marihuana secada en rama y 3.000 kilos de marihuana picada, distribuidos sobre cinco carpas, además de 15 kilos de semillas.
Acto seguido, los investigadores procedieron a realizar el análisis primario de campo por el sistema Narcotest y para el efecto fueron elegidos al azar pequeñas muestras de plantaciones, semillas, picadas y secadas en rama, arrojando resultado positivo a marihuana.
Los supuestos responsables de las plantaciones, al percatarse de la presencia de los antidrogas, se habrían ocultado en los montes de la reserva forestal, que cuenta con miles de hectáreas de vegetación.
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