Cerca de 800 reclusos con condena son trasladados a la cárcel de máxima seguridad en Minga Guazú

En un megaoperativo coordinado por el Ministerio de Justicia y fuerzas de seguridad, se llevó a cabo el Operativo Umbral, 783 reclusos condenados fueron reubicados en la penitenciaría de máxima seguridad de Minga Guazú. Del total, fueron 516 desde Ciudad del Este, 165 desde Coronel Oviedo, y otros 42 de Encarnación, 19 de Misiones, 36 de Villarrica y 11 de Emboscada Antigua. Esta medida busca garantizar mayor seguridad, separar los condenados de los procesados y aliviar el hacinamiento en los penales del país.

Cerca de 800 reclusos con condena son trasladados a la cárcel de máxima seguridad en Minga Guazú

Un extenso operativo de seguridad se desplegó este viernes desde las primeras horas como parte de la segunda etapa del denominado Operativo Umbral, liderado por el Ministerio de Justicia con apoyo de las fuerzas de seguridad. La acción culminó con el traslado de 783 reclusos con condena firme al Centro Penitenciario de Reinserción Social de Minga Guazú, un penal de máxima seguridad en el departamento de Alto Paraná.

Este traslado complementa el movimiento iniciado el miércoles anterior, donde ya habían ingresado 516 internos desde Ciudad del Este.

En esta segunda fase, se sumaron 165 reos desde la Penitenciaría de Coronel Oviedo, y un total combinado de 108 internos trasladados desde los penales de Encarnación (42), Misiones (19), Villarrica (36) y Emboscada Antigua (11).

El penal de Minga Guazú tiene una capacidad para 1.237 personas, lo que permite alojar sin hacinamiento. Actualmente cuenta con una población de 889 internos, todos condenados y clasificados según su peligrosidad y conducta interna.

El ministro de Justicia valoró la planificación y ejecución del operativo, que se realizó sin incidentes. Se contó con la participación del Consejo de Defensa Nacional, la Policía Nacional y las Fuerzas Armadas, lo que facilitó un traslado seguro y ordenado.

Además de aliviar el hacinamiento, la medida permite reforzar la seguridad ciudadana desde el ámbito penitenciario y avanzar hacia un sistema mejor organizado. En futuras fases, se prevé continuar con este reordenamiento estructural, lo que incluye la posible clausura de penales obsoletos y consolidación de centros de alta seguridad como Minga Guazú.

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