La UIP cree que Paraguay puede y “debe renegociar” con Taiwán una nueva etapa en la relación bilateral que supere el modelo tradicional de cooperación no reembolsable. Se trata de migrar de una lógica de ayuda a una asociación estratégica para el desarrollo productivo, donde la inversión, la innovación, el conocimiento y la energía sean los ejes centrales.
En ese sentido, señala que la Universidad Politécnica Taiwán-Paraguay puede actuar como el núcleo de la inversión en capital humano de Paraguay, que ha demostrado su potencial transformador, pero aún tiene una escala limitada. “Es preciso multiplicar el número de egresados al año de aproximadamente 70 a al menos 1.000. Así mismo, sería ideal ampliar la oferta académica, incluyendo carreras técnicas estratégicas (energía renovable, automatización industrial, inteligencia artificial, metalúrgica, naval, etc)”, resalta.
Seguidamente, indica que, considerando la heterogeneidad educativa existente entre Paraguay y Taiwán, un programa nacional de nivelación académica permitiría que más jóvenes paraguayos accedan a la universidad, superando las barreras de desigualdad educativa.
Añade que, de la misma manera, es menester movilizar la inversión taiwanesa directa en sectores industriales prioritarios. Dice que Taiwán, con su reconocida experiencia industrial y tecnológica, puede convertirse en un “aliado clave” en la instalación de plantas industriales de alta tecnología (semiconductores, manufactura electrónica, farmacéutica, biotecnología, electro movilidad), deslocalizando parte de sus procesos en territorio paraguayo.

PARQUES TECNOLÓGICOS O ZONAS FRANCAS ESPECIALIZADAS
Al respecto, el gremio estima que se podría ampliar la cooperación para el desarrollo de Parques Tecnológicos o Zonas Francas Especializadas, donde empresas taiwanesas operen con transferencia de tecnología y empleos de calidad. Asimismo, establecer mecanismos binacionales de financiación e incentivos para que empresas taiwanesas inviertan en Paraguay bajo reglas claras de repatriación de utilidades, seguridad jurídica y beneficios fiscales resulta clave para la promoción de las inversiones.
PARTICIPACIÓN ACTIVA EN GENERACIÓN ENERGÉTICA
Por otra parte, la UIP sostiene que actualmente Paraguay se enfrenta a un desafío estructural: el agotamiento de la energía eléctrica, donde nuestro país necesitará cerca de USD 12.000 millones en nuevas fuentes de generación de energía para el 2030–2040, periodo en que la demanda eléctrica superará con creces a la oferta. “Es allí donde Taiwán puede jugar un rol clave con financiamiento a largo plazo con condiciones de desarrollo, inversión directa en fuentes limpias de generación energética (incluso mediante emprendimientos binacionales) y cooperación técnica para planificación energética eficiente”, remarca.

Agrega que en línea con la movilización de inversión taiwanesa directa, el país puede remitir inversión en sectores de alta tecnología que utilicen la energía generada. Alerta que, posiblemente, la tentación de China continental surgirá precisamente en este punto , y en este caso, sí podrá considerarse como oferta tentadora para el país.
Además, señala que el país puede recibir inversión en sectores de alta tecnología que utilicen la energía generada. “Posiblemente, la tentación de China continental surgirá precisamente en este punto, y en este caso, sí podrá considerarse como oferta tentadora para el país. Acota que, en este marco, sería oportuno que otros socios estratégicos de Paraguay, como Israel y Estados Unidos, consideren un involucramiento más decidido en iniciativas de cooperación e inversión que potencien la competitividad y la resiliencia económica del país.
NO A LAS “DONACIONES PERPETUAS”
Expresa que su experiencia, tecnología y capacidad de financiamiento pueden ser complementos clave para el desarrollo sostenible paraguayo en el largo plazo. Este nuevo marco no debe basarse en “donaciones perpetuas”, sino en alianzas con beneficios recíprocos. “Paraguay no pide regalos, pero sí condiciones equitativas: tarifas que reflejen costos reales, acceso al conocimiento y reglas claras para recuperar la inversión. En ese esquema, ambos países ganan: Taiwán afianza su presencia internacional y Paraguay acelera su industrialización con soberanía”, resalta.














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