Las elecciones generales en Uruguay dejaron al Frente Amplio (FA) como el partido más votado y al oficialista Partido Nacional segundo a 15 puntos. La sumatoria de votos de las fuerzas que conforman la coalición gobernante supera al FA, y eso carga de incertidumbre el balotaje del 24 de noviembre. El otro factor que presiona es una inédita configuración del Congreso, donde el presidente electo deberá estar obligado a dialogar.
“No se gana el gobierno sin nosotros”, dijo antes el mediático abogado de 40 años Andrés Ojeda, del Partido Colorado, tercero en la carrera. “¡Vamos a estar espalda con espalda para ganarle al Frente Amplio!”, prometió.
En Uruguay no hay elecciones de medio término y se renueva por completo el Congreso: se eligen 30 senadores y 99 diputados. Los resultados provisionales dejaron al Frente Amplio con la mayoría en el Senado con 16 bancas, al tiempo que el Partido Nacional (blancos) con nueve y al Partido Colorado, con cinco. Así, ambos partidos que conforman la coalición suman 15.
La elección de este domingo significó una consolidación para la coalición que se juntó para un balotaje y que después de cinco años de gobierno suma más votos que el FA. En Uruguay están prohibidas las alianzas electorales, por eso cada fuerza presentó a su candidato a presidente, y desde las 14 de este lunes los candidatos se mostrarán juntos para arrancar la campaña a la segunda vuelta.
Si bien el Senado está definido, ahora la disputa está en la Cámara Diputados. De las 99 bancas, el Frente Amplio se quedaría con 48, a dos manos de la mayoría. Del otro lado, los cuatro partidos de la coalición suman 49 bancas, pero hay otras dos que quedaron en manos de la «antipolítica».
Ante ese escenario, asoma como un sorprendente árbitro Gustavo Salle (66), de Identidad Soberana, que logró dos bancas. «Estamos cambiando la historia», dijo el abogado líder del espacio. Una de sus bancas será para su hija Nicole (40).