Los líderes de Rusia y China, Vladímir Putin y Xi Jinping, mantuvieron este jueves una conversación telefónica en la que condenaron enérgicamente los ataques de Israel contra Irán, iniciados el pasado 13 de junio. Ambos mandatarios manifestaron su inquietud por la creciente tensión en Medio Oriente y coincidieron en que debe darse prioridad a la búsqueda de un cese inmediato de las hostilidades.
Según informó la prensa estatal china, el presidente Xi urgió a Israel a detener sus ofensivas y subrayó que la prioridad debe ser la paz. Mientras tanto, desde Moscú, el Ministerio de Relaciones Exteriores emitió una advertencia directa a Estados Unidos: una eventual intervención militar en el conflicto entre Irán e Israel sería «extremadamente peligrosa» y podría tener «consecuencias impredecibles».
“Seguiremos apoyando los objetivos de un acuerdo sobre el programa nuclear iraní, guiados por el derecho internacional, el principio de seguridad igual e indivisible, y el equilibrio de intereses mutuos”, indicó la diplomacia rusa.
Por su parte, el presidente Putin —quien planea visitar China a finales de agosto para participar en una cumbre regional— se ofreció como posible mediador entre las partes en conflicto. Cabe destacar que Rusia mantiene estrechos vínculos con Irán, especialmente en el plano militar, debido a la cooperación forjada durante la guerra en Ucrania. Sin embargo, Moscú también ha intentado preservar una relación estable con Israel.
La posición conjunta de Moscú y Pekín añade un nuevo componente geopolítico a la compleja situación en Medio Oriente, donde el conflicto entre Israel e Irán amenaza con desbordar las fronteras regionales y escalar a un enfrentamiento de dimensiones globales.














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