Desde la primera vez, hace casi 6 años, que se ha debatido en la Cámara, se han realizado varias modificaciones en la ley, esto para intentar superar los intentos del Presidente Rebelo de Sousa de desestimar la propuesta.
Finalmente, durante la jornada de este viernes, la ley fue respaldada por los socialistas, quienes disponen de una mayoría absoluta dentro del Congreso portugués, es decir el proyecto de ley que promulga la eutanasia fue aprobada con 129 votos a favor y 81 en contra, del total de 230 diputados con que cuenta la cámara.
Por su parte, la derecha ha mostrado un contundente rechazo y ha amenazado con recurrir al Tribunal Constitucional para evitar la promulgación de la mencionada ley.
El presidente Rebelo de Sousa tendrá ocho días para promulgar el proyecto de ley, la cual es la misma versión de la que vetó el Jefe de Estado Portugués en abril. En caso de ser promulgado por el Ejecutivo, la ley entraría en vigor al día siguiente de su publicación.
Esta nueva versión de la ley establece que la eutanasia sólo estaría permitida en casos en que “el suicidio médicamente asistido resulte imposible debido a la incapacidad física del paciente”. Además, limita el procedimiento a ciudadanos portugueses o a personas con residencia vigente en el país.
Rebelo de Sousa ha vetado los proyectos previos bajo la argumentación de que contenía “conceptos excesivamente vagos”, y que el lenguaje utilizado para describir las condiciones terminales eran contradictorias y poco claras. El Jefe de Estado, solicitó a los legisladores precisar quién será el encargado de certificar si un paciente es físicamente incapaz de un suicidio asistido, pero esta vez los legisladores se negaron a modificar el texto.
Los críticos señalan que el tema no ha sido sometido a un referéndum, por lo tanto, esperan a que los legisladores de la Cámara de Diputados pertenecientes a la oposición soliciten nuevamente la revisión del proyecto a la Corte Constitucional. Según reclama, José Seabra Duque, miembro de la Federación Portuguesa por la Vida, esto sería un «capricho» de los Diputados.
De darse la promulgación de la eutanasia y el suicidio asistido en Portugal, esta se uniría a grupo de países como España, Bélgica, Luxemburgo y Países Bajos, que están autorizados a practicar la eutanasia.