Esta autorización expiraba el 10 de enero. La resolución fue aprobada por 13 de los 15 miembros del Consejo de Seguridad, con las abstenciones de Rusia y China. La extensión de un año de la autorización de la ONU contó con el apoyo de la mayoría de sus miembros, incluido Estados Unidos, debido a la inmensa necesidad de ayuda humanitaria que se demanda aún en Siria.
Según la ONU, unas 4,3 millones de personas que necesitan asistencia viven en áreas no controladas por el gobierno. Esto incluye a casi tres millones de personas a las que no se puede llegar sino a través de operaciones transfronterizas, dice la ONU.
Durante las negociaciones, Rusia denunció vuelos de ayuda humanitaria a Idleb en áreas controladas por “el grupo terrorista Jabhat al-Nusra y sus satélites”. “Estos grupos luego revenden esta asistencia en la línea del frente”, señaló el embajador ruso adjunto de la ONU, Dimitri Polyanski.
Durante los últimos dos años, Rusia se ha mostrado renuente a la ayuda humanitaria transfronteriza, diciendo que va en contra de la soberanía de Siria, que ha reanudado el control de varias regiones este año.
En principio, la autorización de la ONU permite a las organizaciones humanitarias liberarse de una posible oposición del régimen sirio o de los rebeldes para alimentar y curar a los civiles. Para los cruces fronterizos, se requiere una simple notificación al gobierno. Estados Unidos cree que no hay una alternativa creíble a este dispositivo.
