En una plaza en una de las áreas más concurridas de la capital, Zagreb, los evangelistas comenzaron a anunciar en voz alta: “Somos un equipo estadounidense, hemos venido a presentarles a Aquel que puede traerles sanidad a sus cuerpos, y gratis”. Durante 20 minutos, el equipo evangelizador proclamó sanidad por medio del poder de Jesús, pero la predicación no llamó la atención de nadie. Sin embargo, el Espíritu Santo los animaba a seguir predicando.
Hasta que una mujer y su hija se acercaron. Hablando en inglés, la hija dijo que su madre sufría de esclerodermia, una enfermedad terminal en la piel que ya había afectado sus órganos internos. La enfermedad hizo que su piel se endureciera y redujo su capacidad para respirar. “Comencé a orar por ella y pude sentir el poder de Dios corriendo por su cuerpo como electricidad. Ella empezó a llorar y a moverse”, relató uno de los misioneros.
La manifestación sobrenatural comenzó a atraer a una multitud a su alrededor. Durante la oración, el poder de Dios fue tan fuerte que la mujer cayó de rodillas. Cuando recuperó sus fuerzas, se puso de pie, agradeciendo a Dios con mucha emoción. La mujer croata dijo que sintió que algo salía de ella y que ya no le dolía el cuerpo. El picor también había desaparecido y ahora podía respirar normalmente, con toda la fuerza de sus pulmones
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