En declaraciones realizadas al margen de una cumbre de la Unión Europea en Bruselas, Macron aseguró que se siente “más bien optimista” sobre la posibilidad de que el mencionado acuerdo de libre comercio sea firmado en próximas semanas, aunque advirtió que seguirá de cerca las negociaciones para proteger los intereses agrícolas y sanitarios de su país.
El mandatario francés apuntó que los trabajos avanzan en las garantías que Francia considera imprescindibles: mayores controles aduaneros, exigencias sanitarias y fitosanitarias más estrictas para las importaciones sudamericanas y cláusulas que salvaguarden las filiales agrícolas europeas. Estas salvaguardas, según Macron, “van por buen camino”.
No obstante, y aun cuando Alemania y otros países de la UE han mostrado mayor entusiasmo por cerrar el pacto, Francia mantiene una postura de prudente vigilancia. El presidente insistió en que, una vez firmado, el acuerdo deberá completarse con ratificaciones y mecanismos que garanticen su correcto impacto, no solo para productores sino también para consumidores europeos.
Para los países del bloque sudamericano del Mercosur —incluidos Paraguay, Brasil, Argentina y Uruguay— el acuerdo representa una oportunidad comercial histórica, pero deberán sortear las exigencias europeas más rigurosas que antaño. Las próximas semanas serán claves para determinar si se produce una firma formal o si se prolongan las negociaciones en torno a las cláusulas pendientes.














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