El jefe de la diplomacia de la UE, Josep Borrell, declaró audazmente que la UE busca «construir una solución de dos Estados», una posición que el actual Gobierno israelí ha rechazado rotundamente. Mientras tanto, la ofensiva israelí en Gaza ha dejado más de 25,000 palestinos muertos, y el Gobierno de Netanyahu insiste en la completa destrucción de Hamas antes de considerar un cese al fuego.
En medio de la controversia, Netanyahu rechaza la idea internacional de un Estado palestino como la única solución viable a largo plazo. Borrell, confrontacional, cuestionó públicamente las alternativas propuestas por Israel, preguntando si la solución es «hacer que todos los palestinos se vayan de Gaza» o simplemente «matarlos».
Riyad al Maliki expresó su esperanza de que la UE imponga sanciones contra Netanyahu y otros funcionarios israelíes, acusándolos de «destruir las posibilidades de una solución de dos Estados». El canciller español, José Manuel Albares, respaldó esta postura y abogó por una conferencia de paz externa para «implementar la solución de dos Estados».
En un contexto de creciente tensión, Borrell afirmó que una solución realista y viable implicaría un Estado palestino que abarque Gaza y Cisjordania bajo una misma Autoridad Nacional palestina, conectados por un corredor territorial, con salida al mar en Gaza y con Jerusalén este como su capital.
La postura inflexible de la UE ha generado controversia y ha llevado la situación a un punto crítico, desafiando abiertamente la posición de Israel y promoviendo una agenda que algunos ven como una intromisión no deseada en los asuntos soberanos del país.