Creció en una familia con dos religiones de por medio, su madre era cristiana y su padre judío. En su hogar celebraban las fiestas cristianas como la Navidad, tanto como las fiestas judías. “Pero el lado espiritual no estaba presente en mi hogar”, comento al ministerio One for Israel. Su padre le prohibía creer y conocer la fe cristiana, en su adolescencia comenzó a hacerse presente la inseguridad, la ansiedad y la falta de identidad.
Observando su reflejo ante un espejo, se dijo a sí mismo: “Nadie te quiere». Al llegar a la edad adulta, el hombre comenzó a buscar la aprobación de otras personas. Luego comenzó a trabajar sacrificadamente para generar una suma alta de dinero y así demostrar su valía a todos. Una noche, salió con sus amigos, a horas de la madrugada despertó y descubrió que lo habían dejado solo.
El judío gritó y maldijo en medio de la calle, estallando en rabia. Antes de que sus amigos pudieran llegar a tiempo para calmarlo, la policía lo arrestó por alteración del orden público. Después de este suceso, se dio cuenta de que necesitaba ayuda y comenzó a asistir a consejería en un centro cristiano, recomendado por su madre.
Un pastor le explicó que estaba poniendo su valor en las relaciones con otras personas, lo cual no es una base sólida ya que las personas son imperfectas y fracasan. El consejero cristiano le enseñó que Jesús es una roca sólida sobre la cual podía depositar su autoestima e identidad. El hombre terminó aceptando a Jesús como su Roca, su Señor y Salvador. “Jesús me enseñó a amarme, me dio paz y la estabilidad que estaba buscando”, testificó.
Hoy día la ciudadanía se caracteriza por los trastornos metales que se hace presente principalmente en adolescentes y jóvenes, pero que también afecta a la edad adulta. Una de ellas es la falta de autoestima, donde el valor positivo hacia uno mismo se ausenta, esta se origina a través de alguna experiencia vida o complejo de inferioridad. Por otro lado, encontramos a la ansiedad, que es una afección mental de preocupación hacia algún acotamiento que ha de suceder.
Tengamos presente que la salud mental es el estado de equilibrio que debe existir entre las personas y el entorno socio-cultural en el que el ser humano se rodea, incluyendo el bienestar emocional, psíquico y social, repercute en el pensamiento, en como siente, actúa y reacciona una persona ante momentos de estrés. El cual es un combate que día a día afrontamos y al que debemos tratarlo con cuidado.