Gran parte de estos trabajadores el 93% trabaja en la economía informal en países emergentes y en desarrollo, y la mayoría carece de protección social, de derechos en el trabajo y de condiciones de trabajo decentes, señaló la OIT. La organización pone de manifiesto que la transición hacia la economía formal «es una condición para hacer realidad el trabajo decente para todos».
De los 2.000 millones de trabajadores que ocupan un empleo informal en el mundo, poco más de 740 millones son mujeres. Las mujeres están más expuestas al empleo informal en la mayoría de países de ingresos bajos e ingresos medios bajos y con mayor frecuencia se encuentran en las situaciones más precarias.
El nivel de educación es un factor determinante del nivel de informalidad, destaca la OIT. A escala mundial, cuanto más aumenta el nivel de educación más baja la informalidad, indica el informe. Las personas que han completado la educación secundaria y superior tienen así menos probabilidades de ocupar un empleo informal que los trabajadores que no tienen ninguna instrucción o solo han finalizado la educación primaria.
Las personas que viven en las zonas rurales tienen casi el doble de probabilidades de estar empleadas en la economía informal que las que viven en las zonas urbanas, y la agricultura es el sector con el nivel más alto de empleo informal, estimado en más de un 90%.
Fuente: EFE.
