Las devastadoras inundaciones en el estado brasileño de Rio Grande do Sul han dejado un saldo trágico hasta el momento, con al menos 39 personas fallecidas y otras 68 desaparecidas, según el último informe de la Defensa Civil del estado.
Las intensas lluvias han afectado a una vasta cantidad de personas, estimadas en 351,639, repartidas en 265 municipios de la región, generando una situación de emergencia sin precedentes.
El secretario de Comunicación Social de la Presidencia de Brasil, Paulo Pimenta, describió la situación como «la mayor catástrofe meteorológica» que ha enfrentado el estado, destacando la gravedad de la crisis.
El gobernador de Rio Grande do Sul, Eduardo Leite, emitió una advertencia crucial, indicando que la capital del estado, Porto Alegre, con una población de más de 1,300,000 habitantes, está en riesgo de enfrentar la peor inundación de su historia. El rápido ascenso de las aguas del Lago Guaíba, ubicado en las afueras de la ciudad, podría superar los cinco metros.
La magnitud de la tragedia y el peligro inminente han movilizado a las autoridades locales y nacionales, así como a organizaciones de ayuda humanitaria, para coordinar los esfuerzos de rescate y asistencia a las comunidades afectadas en Rio Grande do Sul.
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