La incertidumbre sobre la respuesta del pastor se contrapone a las posturas claras que ha manifestado Gebel sobre la política y la participación cristiana. En su mensaje “Astutos como serpientes y sencillos como palomas”, el predicador deslizó conceptos que funcionan como una respuesta anticipada a quienes lo postulan: “Nunca Dios va a poner un tipo en el gobierno para que se evangelice a la nación. Porque Dios dijo que así no va a funcionar.”
Gebel critica abiertamente la idea de una “reforma moral” impuesta desde el poder, señalando que la búsqueda de la Iglesia por fusionarse con el Estado la lleva a ejercer poder en lugar de dispensar gracia, volviendo el mensaje “híbrido” y “fundamentalista”.
ENTRE EL «NO LO DESCARTO» Y EL «NO VA A PASAR»
A pesar de su escepticismo sobre el rol del cristiano en la política, Gebel ha dejado puertas abiertas en el pasado. A su socio y empresario de medios, Mario Pergolini, le dijo: “Hay que levantarse y hacer algo, no quedarse mirando y criticando… no lo descarto”. De manera similar, en una entrevista con Infobae, expresó: “Si pudiera ayudar siendo presidente, lo haría”.
Sin embargo, sus reflexiones recientes son más categóricas en desalentar la ilusión de la injerencia política directa: «¿De verdad pensamos que porque un presidente recibe a un grupo de pastores… va a santificar la nación o va a impulsar leyes más justas? ¡No va a pasar!”, insistió.
POLARIZACIÓN ECLESIAL POR CANDIDATOS
El pastor también dedicó gran parte de su crítica al fenómeno de la polarización evangélica en América Latina, que se intensifica ante la aparición de figuras cristianas en la política.
Gebel se mostró sorprendido y preocupado por la división que estas discusiones generan dentro del Cuerpo de Cristo: “No se pelean así ni por Dios, ni por el diablo. Se pelean por los candidatos”, ejemplificando la pasión que sustituye la hermandad.
Mientras el debate se instalaba, Gebel cerró su exitosa gira “PresiDante” en Argentina con dos funciones a sala llena en el Teatro Gran Rex de Buenos Aires, evento que reunió a figuras del espectáculo, artistas y una audiencia fervorosa. Un asistente reportó en redes sociales que, desde el escenario, Gebel habría desestimado la posibilidad de la candidatura, aunque este gesto no constituye un pronunciamiento formal.
La combinación de su carisma, su capacidad de movilización y su magnetismo, evidente en el público que disfruta de sus monólogos, mantiene viva la pregunta sobre si estas cualidades podrían traducirse en aptitudes para la gestión pública, la seguridad social o la administración de un país.
El famoso dicho popular reza: “Cuando el río suena es porque piedras trae”. Aunque Gebel aún no ha dado una respuesta explícita al sindicalista, sus múltiples reflexiones sobre la política continúan siendo la clave para interpretar el significado de su actual silencio.














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