En una jornada decisiva para la política de Estados Unidos, Donald Trump se proclamó ganador de las elecciones presidenciales al obtener 277 votos electorales, superando los 270 necesarios para asegurar la presidencia. La victoria, marcada por triunfos estratégicos en Pensilvania y Georgia, simboliza el regreso de Trump a la Casa Blanca tras su derrota en 2020, dejando atrás a la candidata demócrata Kamala Harris, quien acumuló 219 votos.
La celebración de Trump se llevó a cabo en Florida, acompañado de su familia y su compañero de fórmula, el senador JD Vance. En su discurso, el republicano de 78 años afirmó: “Es una magnífica victoria para el pueblo estadounidense que nos permitirá hacer de nuevo grande a Estados Unidos”. Trump prometió trabajar en una “nueva edad de oro” y se comprometió a sanar las divisiones del país.
La contienda electoral se definió en buena medida por los triunfos de Trump en Texas, Florida y, especialmente, en Pensilvania, un estado donde ningún demócrata ha llegado a la Casa Blanca sin asegurar su apoyo desde 1948. Estas victorias, junto a Carolina del Norte, han impulsado a Trump por encima del umbral electoral necesario para la presidencia.
Por su parte, la campaña de Harris, que aspiraba a posicionarse como la primera mujer presidenta de Estados Unidos, comunicó que la candidata no dará declaraciones esta madrugada, mientras el conteo continúa en algunos estados aún pendientes. Sin embargo, la tendencia a favor de Trump parece irreversible, según analistas.
Con 277 votos electorales, Trump logra una victoria que revitaliza la agenda republicana, mientras la oposición demócrata encara una reorganización. Esta elección abre un nuevo ciclo en el que Trump promete restaurar el poder y la prosperidad en Estados Unidos, en medio de expectativas de cambio y un reequilibrio en el panorama político nacional.