El actual presidente de Ecuador, Daniel Noboa, fue reelegido este domingo en una votación marcada por la violencia, el miedo y una creciente desconfianza en el sistema político. Con el 97 % de los votos escrutados, Noboa se impuso con el 56 % frente al 44 % de su principal contrincante, Luisa González, candidata del movimiento Revolución Ciudadana y aliada del expresidente Rafael Correa.
Desde la ciudad costera de Olón, el mandatario celebró el resultado y afirmó: “Esta jornada ha sido histórica. No queda ninguna duda de quién es el ganador”. En contraste, González anunció que no reconoce los resultados y denunció irregularidades en el proceso. “Quiero ser muy clara y enfática: hoy no reconocemos los resultados”, dijo durante su intervención en la sede de su partido.
Una campaña marcada por el estado de excepción
La víspera de las elecciones, Noboa declaró estado de excepción en siete provincias, en su mayoría bastiones de su oponente. La medida generó fuertes críticas por parte de organizaciones sociales y observadores internacionales, al considerar que podría haber afectado la participación de los votantes.
Según el presidente, la decisión respondió al incremento de la violencia criminal. Sin embargo, para la oposición fue una estrategia política. “Declarar un estado de excepción en medio de un proceso electoral por una supuesta grave conmoción interna es muy cuestionable”, advirtió Mauricio Alarcón Salvador, director de Transparencia Internacional en Ecuador.
Pese a las tensiones, las autoridades electorales indicaron que no hubo evidencias contundentes de fraude y destacaron la diferencia de votos como un indicativo de la legitimidad del resultado.
Seguridad y economía, los grandes desafíos
Noboa llega a su segundo mandato con un país convulsionado. En los últimos cinco años, Ecuador ha vivido una escalada de violencia sin precedentes vinculada al narcotráfico, el colapso del sistema penitenciario y el crecimiento de grupos delictivos.
Aunque durante su primer mandato implementó medidas como la declaración de conflicto armado interno y la militarización de las cárceles, los homicidios volvieron a incrementarse, y la percepción de inseguridad sigue en aumento.
A esto se suma una economía estancada. Apenas el 36 % de los ecuatorianos cuenta con empleo adecuado, y la informalidad continúa en alza. Noboa ha prometido abrir el país al comercio internacional y mejorar la relación con líderes mundiales, incluyendo su cercanía con el expresidente estadounidense Donald Trump.
Un país dividido
La noche de las elecciones dejó dos postales distintas. En Quito, cientos de simpatizantes de Noboa celebraban en las calles tocando bocinas y agitando banderas. A pocas cuadras, seguidores de González exigían un reconteo de votos.
Desde el asesinato de un candidato presidencial en 2023 hasta la toma de un canal de televisión por grupos armados, Ecuador ha vivido una serie de hechos que han deteriorado su estabilidad democrática. La reelección de Noboa confirma la demanda ciudadana por orden, aunque los desafíos por delante son complejos y de profunda raíz estructural.
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