Rogamos a Dios por el consuelo divino en el corazón de los familiares de cada una de las víctimas. De igual manera pedimos por la recuperación de aquellos que están internados en grave estado.
Si bien el hecho ocurrido es inédito en nuestro país, es una señal de la peligrosidad y una muestra del masivo daño que produce el consumo de estupefacientes en la población. No hay duda que la droga destruye y que el narcotráfico mata sin piedad alguna.
Oramos para que nuestro país pueda ser libre de este terrible flagelo, y se lo pueda enfrentar a través de políticas públicas serias que prioricen el tema. Anhelamos que se brinde especial atención a un trabajo social profundo e integral que provea la solución a esta problemática.
La predicación del Evangelio de Jesucristo y la labor de la Iglesia en prevenir el consumo como así también en la recuperación de jóvenes con problemas de adicciones, es sin dudas un elemento fundamental en esta difícil lucha. Los hogares de rehabilitación evangélicos cuentan con capacidad para atender a 3000 internaciones en distintos lugares del país, 1000 en centros de día y otros tantos en grupos familiares. El porcentaje de recuperación es mayor al 30% y demuestra la importancia de atender como sociedad al cuidado de las personas y las familias que atraviesan esta situación.
Dejá tu comentario