Graham, quien dirige la Asociación Evangelística Billy Graham (BGEA), explicó mediante sus redes sociales que aproximadamente unas 68 mil personas fueron a escuchar palabra de Dios en la playa de Copacabana durante el evento “Hope Rio” o “Esperança Rio”.
“La Biblia dice que el valor del alma humana vale más que el mundo entero. Digamos que eres dueño de todos los bienes raíces en la playa de Copacabana, eres dueño de los hoteles, los apartamentos de lujo, los hermosos restaurantes. Digamos que todo eso es tuyo. Tu alma vale mucho más que todo eso, tienes más valor”, dijo el reverendo Graham a la multitud.
«Para cualquiera que se vuelva de sus pecados y ponga su fe y confianza en el Hijo de Dios, Jesucristo, sepa esto: ¡Dios ha perdonado sus pecados! Como dice la Biblia, Él los arrojó a lo profundo del mar», agregó.
Se estima que unas 4.000 iglesias de Brasil trabajaron por meses para llevarle a sus habitantes una noche de poder y gloria que jamás olvidarán por ese encuentro con Jesús.
Después de 48 años de la primera visita del predicador Billy Graham en el Maracaná durante 1974, su hijo Franklin llegó hasta la playa de Copacabana y predicó ante una multitud expectante del mensaje, los mismos esperaban con mucha alegría y emoción que ni la lluvia pudo detener la maravillosa experiencia.
Cuando llegó el momento de arrepentimiento de pecados para aceptar a Jesús como Señor y Salvador, muchos respondieron al llamado y ahora son capacitados e instruidos en las iglesias locales que ayudaron a realizar el evento.
“El corazón humano solo puede ser cambiado por Dios, y por eso hemos venido a Brasil, a predicar el Evangelio, que Dios ama a Brasil. Él ama a todas y cada una de las personas, que envió a su Hijo Jesucristo a este mundo para salvarnos de nuestros pecados. Jesucristo no vino a condenar sino a salvar… Este es el mensaje que he venido a predicar”, destacó Graham a la multitud.
Esta sería la primera predicación de Graham tras concluir la fase inicial de su gira “Dios te ama”, la cual realizó por todo Reino Unido, y de la cual tuvo mucha oposición de parte de la comunidad LGBT, misma que logró vencer con la ayuda de Dios.
Brasil está experimentando un gran avivamiento de la fe en medio de las circunstancias y costumbres que han sumergido al país en una atmósfera de pecado y muerte, debido a sus creencias en la santería, la delincuencia y su aceptación libertina de la ideología gay.
Oremos para que Dios siga haciendo la buena obra en los corazones de cada uno de los habitantes de este país latino.