La Guardia Revolucionaria de Irán afirmó haber lanzado decenas de misiles hacia Israel, argumentando que la acción era una respuesta a la reciente muerte de líderes de Hezbollah y Hamas, lo que ha exacerbado las tensiones en la región. A través de un comunicado, advirtieron que si Israel opta por tomar represalias, la respuesta de Teherán sería «más aplastante y ruinosa».
El portavoz de las Fuerzas de Defensa de Israel, contraalmirante Daniel Hagari, se dirigió a la nación para confirmar que, a pesar del ataque, no se registraron heridos, pero enfatizó que «hubo un ataque grave contra nosotros y habrá consecuencias graves». Hagari subrayó que no es la primera vez que Israel se enfrenta a amenazas de Irán, y añadió: «estamos preparados para ellos». Su mensaje se enmarca en un contexto de creciente hostilidad y tensión militar entre ambos países.
En respuesta a la agresión, el primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, pidió a los ciudadanos que «permanecieran unidos» y continuaran siguiendo las indicaciones de los comandos de primera línea, mientras crece el temor a un ataque inminente de Irán. Fuentes cercanas al gobierno israelí han indicado que es probable que Irán esté considerando atacar tres bases aéreas israelíes y una base de inteligencia ubicada justo al norte de Tel Aviv.
La comunidad internacional observa con preocupación el desarrollo de esta crisis, ya que podría escalar rápidamente y afectar la estabilidad de toda la región. Los analistas coinciden en que el conflicto entre Irán e Israel ha alcanzado un nuevo nivel de peligrosidad, y la posibilidad de un enfrentamiento militar abierto se vuelve cada vez más real.
Las reacciones en el mundo occidental no se han hecho esperar, con llamados a la calma y la búsqueda de soluciones diplomáticas para evitar una escalada del conflicto. La comunidad internacional, que ya se encontraba en alerta por las tensiones en Medio Oriente, ahora se enfrenta a un escenario que podría tener repercusiones globales.
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