Lo más preocupante —según denuncian los propios frentistas— es que este sitio ya había sido intervenido y limpiado por cuadrillas de la Municipalidad de Lambaré. Sin embargo, la inconsciencia de algunos vecinos que continúan arrojando residuos en la vía pública, ha hecho que la situación vuelva a degradarse en cuestión de días.
La pérdida de agua, cuyo origen hasta hoy no fue identificado, se extiende por la calzada formando charcos que arrastran residuos y generan una imagen deplorable. Los lugareños afirman que el problema se arrastra desde hace más de un mes, sin una respuesta efectiva ni de la Comuna ni de la Essap. No se descarta una rotura de caño subterráneo, pero también se sospecha que podrían ser aguas servidas vertidas irregularmente.
A esto se suma la acumulación constante de basura domiciliaria y escombros, que alimenta la proliferación de moscas, roedores y otros vectores de enfermedades. Comercios y peatones se ven obligados a convivir con olores nauseabundos y un entorno que se deteriora cada día más. “Esto ya es el colmo. Incluso cuando limpian, al día siguiente ya hay basura otra vez. Nadie respeta la ciudad y el agua corre día y noche”, lamentó una comerciante afectada.
Los vecinos más conscientes temen que la indiferencia vecinal y la falta de control municipal perpetúen este ciclo de abandono. Piden una acción coordinada entre la Municipalidad y Essap para reparar la pérdida de agua, colocar señalización y reforzar la vigilancia, a fin de evitar que la esquina vuelva a convertirse en un vertedero clandestino.
Mientras las autoridades no actúen con mayor firmeza —tanto en soluciones técnicas como en sanciones— el paisaje de desidia seguirá creciendo en una zona altamente transitada, que podría y debería ofrecer un ambiente digno para la ciudadanía. “¿Hasta cuándo tendremos que soportar esto?”, se preguntan los vecinos que aún luchan por mantener limpia su ciudad, pese a la irresponsabilidad de otros.














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