Una gracia común

A menudo existe la tentación, sobre todo entre los evangélicos, de emprender una reforma social sin antes desarrollar una filosofía social coherente que guíe la agenda. En este sentido la idea de Abraham Kuyper, el poli funcional teólogo, académico, periodista y estadista holandés, sobre la gracia común ayuda a proporcionar esa filosofía social. La ve la gracia común como la "piedra angular de la teología pública constructiva".

Una gracia común

La gracia común, se define como expresión de la bondad de Dios, es todo favor, que no llega a la salvación, que este mundo indigno y maldito por el pecado disfruta a manos de Dios; esto incluye todas las bendiciones inmerecidas que el hombre natural recibe de la mano de Dios: lluvia, sol, prosperidad, salud, felicidad, capacidades naturales; aquellos eventos naturales que conducen a la prosperidad y todos los dones que los humanos usan y disfrutan de la naturaleza

La gracia común siempre ha sido un tema controvertido visto con sospechas o dudas por aquellos que no la abrazan. En 1895 Abraham Kuyper comenzó una serie de artículos periodísticos sobre la gracia común. Se completaron en 1901 y luego se publicaron en forma de libro como “De gemeene gratie”. Kuyper comenzó estos escritos en la cima de su carrera; los libros fueron publicados durante su tiempo como primer ministro.

Kuyper comienza su prólogo con esta provocadora afirmación: «El paradigma reformado no ha sufrido mayor daño que su deficiente desarrollo de la doctrina de la gracia común«. Para Kuyper la gracia común se «deduce directamente de la soberanía de Dios» y es la «raíz y convicción para todo el pueblo reformado«. Kuyper piensa que resucitar la doctrina de la gracia común ayudará al creyente a «apoderarse del arado» en lugar de retirarse del mundo.

Kuyper desarrolla su doctrina de la gracia común a partir del pacto de Noé.

El pone mucho énfasis en la naturaleza inclusiva del pacto de Noé y que no era un pacto redentor. El diluvio cambió el estado de la tierra y el propósito del pacto era tomar en cuenta estos cambios. Esto fue debido a la gracia de Dios, una gracia común que se aplica a todos.

Este pacto noéico había sido descuidado en gran medida, en parte debido a la disputa existente sobre la uniformidad de la salvación entre el Antiguo y el Nuevo Testamento. El resultado fue que el significado completamente único y principal del pacto de Noé se perdió gradualmente de la vista. No se percibió el hecho de que se refería a la «gracia común» y no a la «gracia particular«.

Kuyper coloca el establecimiento del gobierno aquí con el pacto de Noé. Esta institución de gobierno debía ser un medio de gracia común. Esta era también la posición de Juan Calvino.

Después de lidiar con el pacto noéico, Kuyper se vuelve hacia Adán en el Paraíso. El enfoque principal está en el tema de la justicia original. Esta cuestión, al parecer, es central en el argumento de Kuyper.

 Él considera que los pasajes iniciales del Génesis son históricos y que la creación de Adán fue casi instantánea. Esto queda claro en su discusión sobre el lenguaje. A continuación, resumo los puntos principales:

Lo que está claro de esto es que Kuyper tiene una visión cosmológica más que antropocéntrica del pacto. Asimismo, se debe considerar como buen calvinista se aferra a la doctrina de la «depravación total del ser humano«. El enfatiza la gracia común como «una estrategia divina para llevar a cabo los designios culturales de Dios«.  La gracia común proporciona la base para el compromiso con el mundo, evitando así el aislamiento espiritual y eclesiástico y, por lo tanto, ayudando a los creyentes a ejercer el dominio sobre la creación de Dios.

 Escrito por Isaias Vergara, Maestria en Política de Gobierno, Regent University, Director EPLS Desarrollo Organizacional

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