Hoy en día los medios se dedican a dramatizar la realidad. Unifican un enfoque encaminado a producir en el público una terrible percepción compartida y generar una respuesta colectiva mas o menos unificada. Están siendo usadas herramientas muy efectivas para la transmisión de información y obtener una persuasión direccionada, presentando la información emotivamente.
Como consecuencia de lo que estamos señalando hoy la opinión pública se muestra sensible y reacciona con violencia incluso en torno a la pandemia porque el contexto ha sido alterado emocionalmente.
La percepción es que la estadística mortuoria del covid-19 avanza a un ritmo que significa ya poco menos que un proceso genocida que no tiene sustento en la realidad estadística y solamente en la “realidad dramatizada”.
Vayamos a los números reales que revelan hasta el 15 de abril que se produjeron 244.528 casos confirmados de contagios en territorio paraguayo de los que 5.110 resultaron fatales, vale decir el 2% de todos los casos. Dos enfermos de cada 100.
Queremos ser claros en el tema. No es que estemos desvalorizando la muerte de 5 mil personas y pretendamos minimizar el dolor de sus deudos pero digamos que en este contexto, tampoco desvalorizamos la muerte de alrededor de 2 mil personas en accidentes de tránsito o de 3 mil personas y más por cáncer. Lo que estamos queriendo señalar es que deliberadamente se ha puesto énfasis en ciertos tipos de fallecidos más que en otros porque todo responde a un propósito no declarado.
La información oficial dice que hasta el 15 de abril, 200.259 personas superaron el covid-19 en nuestro país y han retornado a sus casas y a sus actividades normales y muchos incluso ni siquiera necesitaron internación. Esto implica que más del 82% de los contagiados retomó su vida normal pero esta absoluta mayoría en el manejo sesgado de la información se minimiza, se oculta.
¿Cuántos murieron por complicaciones con la diabetes? No se informa porque a los que manejan la información pública no les interesa mencionar “otros muertos” porque no es parte del objetivo. El objetivo es poner toda la tinta sobre la información en torno al coronavirus.
¿Cuántos murieron por ACV o incluso gripe o dengue? Eso no se informa porque -insistimos- no contribuyen al propósito específico de dramatización en torno al coronavirus para obtener una respuesta conductual emotiva, alineada a objetivos que si bien no son del interés del Paraguay, responden a objetivos que manejan poderes instalados en el exterior.
Está claro que hay expertos en el manejo de la conducta pública que han ideado una estrategia que ha llevado a multitudes a asumir una actitud visceral y efusiva incluso contra los sectores gubernamentales porque uno de los objetivos es crear la sensación de que los gobiernos nacionales son incapaces de hacer frente al problema con políticas nacionales y que es preciso entonces instaurar un gobierno mundial que al romper las soberanías nacionales, tome el control global con un objetivo de sanidad planetaria.
Fuera de los países mejor educados donde el público tiene un índice mayor de discernimiento, en sociedades como las nuestras abunda lo que se denomina “público hembra” que es receptivo a toda la información que se lanza sin tener casi ningún filtro y es el destinatario predilecto de manipuladores de la información que se lanza al público.
Lo cierto es que debemos celebrar a los más de 200 mil seres humanos que en nuestro país sortearon el coronavirus y entender que cerca de 40 mil personas superarán la enfermedad en las próximas semanas. Lo decimos, simplemente analizando las estadísticas oficiales.














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