Al comenzar el año 2020, el programa de Refuerzo Escolar Eku´e, de Jesús Responde al Mundo de Hoy, estaba preparado para superar las 60 iglesias participantes y los 3.000 niños beneficiados. Sin embargo, antes de la primera reunión de capacitación prevista para la segunda quincena de marzo, las autoridades de Paraguay decretaron la cuarentena total como prevención ante la pandemia del Covid-19.
Aunque estas medidas comenzaron a levantarse progresivamente ya en la primavera de ese año, no se permitieron actividades educativas presenciales, lo cual representó el colapso del sistema educacional paraguayo.
En medio de esa situación 12 iglesias se animaron a retomar el programa con diferentes modalidades: visitas de los voluntarios a las casas de los niños, reuniones de pequeños grupos en patios de casas o de las propias iglesias, mayormente. A través de este esfuerzo 390 niños fueron atendidos.
Luego, en marzo de 2021, se realizó la primera capacitación del año para iglesias interesadas en implementar el programa. En la actualidad, aun sin un 100% de presencialidad en escuelas y colegios, 24 iglesias ofrecen refuerzo escolar a 1.020 niños, con la movilización de 140 voluntarios.
Las necesidades se multiplicaron
Hoy más que nunca es necesario este servicio. A la situación previa a la pandemia, se sumó la realización de clases virtuales en circunstancias que más del 80% de los estudiantes carecían de buena conectividad o terminales computacionales adecuados. La mayoría de todas las clases se realizaron vía WhatsApp. Creció la deserción escolar y los resultados académicos para los que permanecieron desmejoraron ostensiblemente.
A esto hay que sumar la difícil situación que atraviesan niños y adolescentes, que se reflejan en las alarmantes cifras de depresión, suicidio, abuso de todo tipo, pobreza creciente y mucho más.
Según reportes de la UNICEF, “la desescolarización entre los 6 y los 11 años de edad y entre los 12 y los 14 años sería equivalente a 20,7% en cada tramo de edad”. De 100 alumnos que inician la educación primaria, solo 35 consiguen completar la educación secundaria. Y de esos 34, menos de 10 llegan a la educación terciaria.
El analfabetismo funcional ha aumentado estos dos años y el futuro se ve muy desalentador. Ante ello, una masiva movilización de iglesias y organizaciones no gubernamentales en programas de refuerzo escolar abre una vía de solución, al menos en lo básico y esencial.
Para 2022 desde la organización ya planifican el trabajo para alcanzar a lo menos 100 iglesias participantes, con unos 5,000 niños y adolescentes.
El lema del proyecto es “Aprendiendo y conociendo a Jesús”. Se ha visto que esto se cumple cabalmente en la vida de los pequeños que aprenden a leer y escribir y a dominar las operaciones matemáticas básicas. Esto de por sí, significa un gran avance, puesto que son las competencias básicas para todo aprendizaje adicional.
Además se ha visto también una notable mejoría del rendimiento escolar de casi la totalidad de los estudiantes, una gran mejoría en la actitud frente a la escuela, y una baja de la deserción escolar. Al mismo tiempo y por medio de los devocionales que están incluidos en el programa, niños y adolescentes tienen encuentros transformadores con Jesús y comienzan a ser enseñados y discipulados en las iglesias, abriéndose amplias puertas para llegar a sus familias.














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