COMUNICADO CONSEJO EJECUTIVO PRODINAMIS
La manipulación perversa en perjuicio de la propiedad. La Fundación PRODINAMIS, profundamente preocupada por el contexto actual que atraviesa el país, manifiestó:
Nos encontramos viviendo un momento crítico de la ya desgastada institucionalidad en el país. Los conflictos sociales, otrora excepcionales y empujados por la extrema necesidad y la falta de planes, de un tiempo a esta parte se han convertido en la regla de convivencia.
Cierre de rutas impidiendo la libre circulación de ciudadanos por toda la República, invasiones de propiedades privadas rurales y últimamente urbanas dejando en zozobra a sus propietarios, ocupación de lugares históricos como hasta el propio Cuartel.
Victoria espacio de retiro del puñado de héroes excombatientes que aún viven, parecen no obedecer a la perentoria satisfacción material de necesidades básicas sino más bien a un plan de un sector político definido que lucra moral, política y económicamente con las carencias ajenas.
Mientras senadores alientan estas inconductas sistemáticamente en discursos populistas en los que exaltan los ánimos a invadir propiedades ajenas — no las suyas — a cerrar rutas e impedir el trabajo de terceros — no de ellos que junto a su cohorte se nutren de jugosos salarios provenientes de las arcas públicas — y gestionan el desorden institucional coaccionando a autoridades públicas en el ejercicio de sus funciones, este caos se apodera de la convivencia diaria y pretende convertirse en cotidianidad ante la impávida mirada de cómplices políticos que buscan el “requecho” para la próxima elección municipal.
El contribuyente mientras tanto, buscando rutas alternativas para poder producir y no ser víctima de la violencia patotera de supuestos manifestantes e intentando proteger los pocos bienes con los que apalancará otro año de producción para cumplir con sus tributos y obligaciones familiares, observa el espectáculo de decadencia de gran parte de la clase política que lo ha olvidado y ha preferido la promesa de “éxito sin esfuerzo” y “pan y circo” con el que sus clientelas “timbean” con el futuro laboral de niños y jóvenes.
COMUNICADO CONSEJO EJECUTIVO PRODINAMIS
Thomas Jefferson sostenía que para que una sociedad sea próspera, justa y estable, se debe hacer de todo ciudadano un propietario y veía, claramente que el origen de la injusticia y la pobreza pasa por respetar incondicionalmente el derecho a la propia vida, el derecho a la propiedad y el derecho a la libertad de conciencia. Es por eso que todos estos derechos son cuestionados y atacados desde el mismo principio en que fueron formulándose las premisas doctrinarias del socialismo marxista, ya que entiende claramente que, si los ciudadanos no tienen nada, el Estado dictatorial y opresivo los tiene a todos en sus manos.
El respeto a la propiedad privada, en su faceta de propiedad raíz o inmobiliaria, es uno de la gran variedad de “propiedades” a la que todo ciudadano tiene derecho a poseer y disfrutar, como ser: la propiedad intelectual, sus ahorros en un banco, el precio que cobra por los bienes y servicios que ofrece, terminando con el derecho a disponer de su propia existencia.
En este sentido, el proyecto de ley presentado por un grupo de senadores, de quienes valoramos esta iniciativa, “que modifica el artículo 142 del Código Penal, de manera a que el hecho punible de la “invasión de inmueble ajeno” sea castigado de una manera más fuerte y completa, es visto como necesario por nuestra fundación. Vemos en su iniciativa la firme intención de acabar con la práctica de la manipulación vil y grosera con que dirigentes sociales y políticos piden a campesinos e indígenas “ranchear” en campo ajeno, mientras desde la comodidad de sus despachos y oficinas levantan la mano de una supuesta lucha social que, a largo plazo, lo único que hace es socavar todas las bases de la institucionalidad de la República.
Instamos a todos los congresistas a dar un voto positivo a este proyecto de ley, y al Presidente de la República a que lo promulgue, entendiendo el verdadero alcance de la misión para la cual la sociedad les designó para representarla: defender y promover los derechos individuales, armonizando los mismos en el marco constitucional establecido, fortaleciendo así la institucionalidad de nuestra democracia, como vía al desarrollo y la prosperidad para la mayor cantidad posible de nuestros compatriotas.
En consecuencia, estos representantes, elegidos por la gran mayoría de nuestros connacionales deben abandonar las prácticas políticas y las alianzas con aquellos grupos que usan la democracia para montarse en libertades sin responsabilidad, mediante la infiltración ideológica disfrazada de “bien común”, pero a quienes no les tiembla el dedo para apoyar a dictadores populistas en Venezuela, Nicaragua ni en Corea del Norte, llegando al extremo de “solidarizarse” con el extremismo islámico. Los partidos políticos, de genuina raigambre nacional y que tienen en su historia la lucha por la identidad e independencia de nuestra patria, de proyectos ajenos, extraños e “internacionalistas”, depende mantenerse fieles a sus respectivos idearios y a los votantes que han confiado en ellos para que lleven a la práctica esas ideas y valores.
Sin respeto a la propiedad privada no construiremos un país donde radique una sola inversión seria, sino un paraíso de narcos y lavadores de dinero mientras que el gobierno de turno seguirá poniendo sobre tablas una pantomima de estado de derecho que se ocupe solo de esconder el verdadero lastre de la sociedad: llamar derecho propio al esfuerzo ajeno. El respeto a la propiedad privada, en su faceta de propiedad raíz o inmobiliaria, es uno de la gran variedad de “propiedades” a la que todo ciudadano tiene derecho a poseer y disfrutar, como ser: la propiedad intelectual, sus ahorros en un banco, el precio que cobra por los bienes y servicios que ofrece, terminando con el derecho a disponer de su propia existencia.
Instamos a todos los congresistas a dar un voto positivo a este proyecto de ley, y al Presidente de la República a que lo promulgue, entendiendo el verdadero alcance de la misión para la cual la sociedad les designó para representarla: defender y promover los derechos individuales, armonizando los mismos en el marco constitucional establecido, fortaleciendo así la institucionalidad de nuestra democracia, como vía al desarrollo y la prosperidad para la mayor cantidad posible de nuestros compatriotas.
