Nuevos caminos: Aprendizaje I – La brecha de aprendizaje

La primera bicicleta a la que me subí, era la de mi hermano. Muchos días antes de intentarlo, le pregunté como lograba andar en bici sin caerse, y lo escuché atentamente. Gran sorpresa me di, cuando al querer poner en práctica todo lo que había “aprendido” fui a parar al piso sin lograr si quiera avanzar un metro. Yo pensaba que por tener conocimiento sobre como andar en bici, ya sabía hacerlo.

Generalmente pensamos que aprender es adquirir nueva información, ya que el modelo principal de la educación tradicional es éste. En la escuela y el colegio nos pedían que hagamos uso de la memorización. Entonces, nos volvimos expertos en saber decir, saber recordar, repetir. Pero, aprendizaje es mucho más que nueva información. No se trata de quedarse estancados en los datos, se trata de ampliar la capacidad de acción con efectividad y valores. Es decir, es poder hacer bien algo que antes no lo sabíamos hacer.

“Aprendizaje es experiencia, el resto es información” -Albert Einstein.

Ampliar la capacidad de acción, te empuja a experimentar, a superar la teoría. ¡Es tiempo de repensar el aprendizaje! ¿Vamos a seguir pensando que aprender es sólo cuestión de teoría? Y aunque sumaras la práctica, ¿es suficiente? Sin duda, además de adquirir habilidades, debes tener en cuenta los principios y los valores.

Stephen Covey, en su libro “Las 12 palancas del éxito” afirma que el aprendizaje te salva la vida, porque, sin él, caes rápidamente en la irrelevancia.

El primer paso para aprender es reconocer la distancia que hay entre lo que sabes y lo que no sabes. La distancia que hay entre el lugar donde estas hoy, y donde pretendes llegar. Con humildad, puedes aceptar tu posición actual, y con ambición puedes visualizar un nuevo escenario. Entonces, identificar la brecha, el espacio de aprendizaje es un factor fundamental para avanzar con éxito.

“Quien deja de aprender es viejo, tanto si tiene veinte u ochenta. Cualquiera que sigue aprendiendo se mantiene joven. Lo más importante en la vida es mantener la mente joven” – Henry Ford.

La brecha de aprendizaje es un camino por transitar. Atravesar ese camino, implicará movimiento. Todo movimiento requiere esfuerzo y sabiduría. El espacio que existe entre la situación actual y el resultado deseado, es la oportunidad de expansión, la brecha de aprendizaje.

El primer paso hacia el aprendizaje es, reconocer la ignorancia. Algo que suele costar mucho.

– ¿Cuándo fue la última vez que declaraste ignorancia?

– ¿Cuándo fue la última vez que dijiste: no se?

En el momento que dices “no sé”, estás habilitado para emprender el aprendizaje. A partir de ahí, te conviertes en aprendiz. A esta declaración “no sé”, debe seguirle el compromiso con el proceso.

Para poder aprender necesitas

– Aceptar que hay una brecha. Si niegas la brecha, te impides aprender, quedas atrapado en uno de los enemigos del aprendizaje.

– Asumir el compromiso. Es la responsabilidad que tomas, sin poner excusas ni dar respuestas tranquilizadoras.

– Reconocer un maestro. Dar autoridad a otro, es decir, que puedes aprender algo que no sabes y que él sí. Es ver en el otro lo que no ves en tí.

Cuando descubrimos que aprender es nuestra responsabilidad, empezamos a ver oportunidades de aprendizaje por todos lados. Inclusive, donde antes veíamos problemas, vamos a ver situaciones, que, aunque difíciles, aportan para nuestro desarrollo.

Asegúrate de que el aprendizaje sea una responsabilidad personal y no algo que esperes de otros.

Una de las razones más importantes para adoptar el hábito del aprendizaje continuo, es el cambio constante.

“En tiempos de cambio, quienes estén abiertos al aprendizaje se adueñarán del futuro, mientras que aquellos que creen saberlo todo estarán bien equipados para un mundo que ya no existe” -Eric Hoffer.

El salmista hizo esta oración con una completa actitud de aprendiz:

Enséñame, oh Jehová, tu camino; caminaré yo en tu verdad;
Afirma mi corazón para que tema tu nombre.

Salmos 86:11 (RVR60)

Por: Omar Parma, Pastor Principal de la Iglesia Raíces Hermanos Menonitas. De su libro: Repensar, 1 Ed. diciembre 2017. 

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