Para muchos, ocurre una simple cadena de coincidencias y para otros, estamos ante una perfecta sincronización de acontecimientos encaminados según un plan puntualmente pensado y ejecutado. Lo cierto es que el panorama sanitario embretó -hasta cierto punto- a la humanidad a obedecer como rebaño, un comportamiento dirigido desde un poder único.
Ese poder, no ha admitido puntos de vista diferentes y tampoco se avino a aceptar discusiones, debates, intercambios de pareceres en torno a políticas sanitarias establecidas unidireccionalmente para todas las naciones.
Si analizamos de este modo, las coincidencias pierden fuerza y mas bien cobra perfil indiscutible el pensamiento de que todo va respondiendo a un plan totalitario sin espacio para la democracia. En estos días se reveló en España un “protocolo” de cómo manejar los registros de defunción de fallecidos por causas naturales, para incluirlos en una categoría de alto riesgo contagioso.
En esa categoría de fallecidos, no están permitidas las autopsias, por su presunta alta peligrosidad. Si vemos que el registro de defunciones en los países está bajo enorme sospecha, queda claro que hay olor a que se valieron de un resquicio legal para evitar investigaciones que permitieran conocer mejor las causales de fallecimientos.
SECRETISMOS
Se implantó un esquema de secretismo que involucró distintos eslabones de la pandemia. Si ya era secreto y prohibido hacer autopsias; es secreto cómo se compone el fluido que se inocula a la gente y hay un escudo protector legal contra cualquier averiguación que se intente hacer. Secreto.
Se conocieron casos de magnetismo de muchos inoculados pero ni las empresas quimicofarmaceuticas responsables de la provisión ni los gobiernos, se consideraron obligados a explicar a la humanidad la razón de la imantación corporal. Secretos y más secretos.
Para que mucha gente apercibida de la situación, renunciara a su derecho a exigir explicaciones, previamente hubo una campaña de terror con la participación intensiva y “entregada” de la prensa y eso fue a nivel mundial, no solo en nuestro país.
Si por ventura, hubiera gente compartiendo información “no oficial” en las redes sociales, pocos se salvaron de ser censurados. Si miramos el cuadro de secretismos y actitudes totalitarias, verán que a esta altura de este texto periodístico, no queda nada que permita creer en coincidencias.
Claramente estamos ante una maquinación ideada y ejecutada bajo un control unificado desde una cúpula que hace rodar las ordenes cuesta abajo para ser cumplidas por los gobiernos de un modo obediente.
Si todos estos acontecimientos que encajan como en un rompecabezas muy bien pensado, los vinculamos a las declaraciones de uno de los impulsores de la vacunación masiva, Bill Gates, diez años atrás ya manifestaba su plan encaminado a reducir la población mundial entre un 10% y un 15%, vale decir entre 700 millones y más de 1.000 millones de personas a fin de alcanzar un equilibrio planeta-población. El aborto y las vacunas eran parte de la estrategia.
Claramente lo decía asumiendo un compromiso que sepamos, la humanidad no le otorgó. Su exposición la hacía desde una perspectiva de gobernante mundial, poder que se autoasignó o le asignó algún otro ente desconocido ¿Quien tiene el poder de decidir la reducción de la población mundial? Sólo Dios y hasta donde se sabe, su propósito ha sido “creced y multiplicaos” bajo señorío humano que se ha extraviado, ciertamente.
Estamos ante un poder que desafía al Todopoderoso.
Si vamos al terreno de la fe, ¿es coincidencia que se decidiera la reducción de las actividades templarias? No. Porque cuando se establecieron medidas de distanciamiento social en restaurantes y otros lugares públicos se dijo que una persona debía estar a 1,5 o 2 metros de otra.
En Paraguay hay templos con capacidad para 10 mil personas a las que solo se le permitió la concurrencia de 60 personas, en absoluta disonancia con su capacidad de albergue, respetándose la distancia establecida. Se dispuso un rigor muy especial para los cultos que no se aplicó en los colectivos o en otros espacios. No es coincidencia.
Estamos ante un fenómeno que enfrió la fe muchos y no solo debilitó sino que confundió a la iglesia. Si consideramos que las personas de fe tienen firmeza en sus convicciones, esa firmeza era absolutamente inconveniente para instalar una obediencia ciega a un plan de hombres.
CONFUSION EN EL CREYENTADO
Hoy nos resulta claro que la confusión y división en el seno de la iglesia, resultaba fundamental dentro del plan de embretar a la humanidad a seguir un camino de cautiverio. Lo que hoy vemos es a Nabucodonosor llevando a gran parte del pueblo a Babilonia.
Sin embargo, no todos actuaron como rebaño. Un remanente se convirtió en resistencia y en cada nación hay grupos que está sacando a luz muchos hechos que se tramaron y ejecutaron en lo oscuro (Lucas 8:17).
En Francia, el presidente Macrón había decretado la vacunación obligatoria. Aconteció entonces una nueva revolución francesa que hizo retroceder la decisión absolutamente totalitaria. El Señor nos lo advirtió:
“Pero Jesús los llamó, y les dijo: —Como ustedes saben, entre los paganos los jefes gobiernan con tiranía a sus súbditos, y los grandes hacen sentir su autoridad sobre ellos”. (Mateo 20:25).
Ciertamente están los que dócilmente aceptan ser cobayos de laboratorio. Es su decisión pero están los que se niegan a aceptar por imposición, por obligación, ser parte de una experimentación que si bien es importante realizarla en busca de la máxima eficiencia y eficacia de la vacuna, lo más razonable y sensato es que los ensayos y pruebas sean efectuadas sobre los que aceptan por sumisión consensuada, ser parte de inoculaciones de ensayo.
Se está perdiendo el respeto entre los que deciden vacunarse y los que no. Es una pena pero ahí ingresamos a un capítulo que exige otro abordaje.
Carlos Rodríguez conductor de Camino Libre trasmitido por la RCC TV y la RCC Radio.
