Estadísticamente hablando ¿las personas que pasaron por violencia de género y feminicidio tenían una religión, o también eran ateas o agnósticas?.
También es pertinente otra pregunta: ¿Fueron también las políticas y los partidos censados según este criterio de violencia de género con posterior intento de feminicidio o feminicidio?
Es obvio que la cuestión que aquí se debate no trata de religión sino de ideologías cuya imposición se busca tan solo para confundir.
La Psicología es una ciencia y debe ser respetada como tal, dentro de su abordaje terapéutico. Quienes ejercen la profesión pueden optar por varios abordajes; uno sumamente legítimo es el de la logoterapia, la cual asume la espiritualidad y el hecho religioso como herramienta vigente y eficaz.
La religión debe ocupar un lugar en la escuela, porque nada de lo humano es ajeno a la labor educativa. Aun cuando se considerara a la religión como esencialmente errónea, irracional, nefasta, es preciso conocer sus orígenes, contenidos, estructuras, finalidades y métodos. Los niños y jóvenes deben ser educados para vivir en un mundo donde hay religiones que han influido en el estado actual de la sociedad, para comprender la historia y su proyección futura
Por lo tanto, es en la escuela, en articulación con la familia, en donde los niños y jóvenes pueden desarrollar eficazmente su personalidad y formarse en todas sus dimensiones. Para ello, establecer un diálogo interno entre la fe de cualquier naturaleza, el saber humano y los valores, es esencial para brindar una visión y proyecto de vida armónico y apropiado para la vida de cada educando. En otras palabras, el hecho religioso puede ser una contribución decisiva para brindar a cada alumno un sentido digno para su vida.
La educación integral de la persona, una educación que incluya el hecho religioso entre los elementos básicos de la cultura y la ética, es responsabilidad primordial de la familia dado que ésta es la primera educadora.
Al garantizar el derecho a la educación y organizar las instituciones para tal fin, la sociedad asume un papel orientador pero respetuoso de las libertades individuales. El Estado debe velar para que todos puedan acceder a una educación digna, en igualdad de condiciones y de calidad. A su vez, las iglesias u organizaciones deben brindar el apoyo necesario para todo el proceso educativo y educar en la fe que profesan, en forma particular o en alianza con las otras instancias.
Insistir en separar a la religión de la labor educativa no es bueno; y la evidencia de la historia nos demuestra que quienes pretenden esto no parten de bases racionales, sino de fanatismos intolerantes y dogmáticos. La historia del pensamiento occidental de los últimos dos mil años es, en gran medida, una historia del pensamiento cristiano. La religión en sí no perjudica la educación. Una religión basada en la verdad jamás podrá hacer tal cosa.
No nos dejemos engañar, la verdad nos hará libres.














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