Episodio 3 de la Serie: Jesús quédate en mi casa

27 Después de esto, Jesús salió y vio a un publicano llamado Leví sentado en el lugar de los tributos públicos. Y le dijo: —¡Sígueme! 28 Él, dejándolo todo, se levantó y lo siguió. 29 Entonces Leví le hizo un gran banquete en su casa, y había un gran número de publicanos y otros que estaban a la mesa con ellos. 30 Los fariseos y los escribas murmuraban contra los discípulos de él, diciendo: —¿Por qué comen y beben con los publicanos y pecadores? 31 Respondiendo Jesús, les dijo: —Los sanos no tienen necesidad de médico sino los que están enfermos. 32 No he venido a llamar a justos sino a pecadores al arrepentimiento. Lucas 5:27-32

Episodio 3 de la Serie: Jesús quédate en mi casa

En esta historia vemos a Jesús como a un misionero. Está fuera de una reunión sagrada. Lejos de las personas religiosas, lejos de lo que consideraríamos actividades formales de la iglesia. Él participa en la sinagoga, va a los servicios de adoración y se reúne con el pueblo de Dios. Pero también sale como misionero, a la cultura, al mundo, y va a buscar al perdido. En este pasaje específicamente va a buscar a este hombre llamado Levi. Esto habría sido muy inesperado debido a que esta persona era un recaudador de impuestos; y esta función era absolutamente despreciada en ese tiempo.

Levi se encontraba sentado allí cobrando peajes e impuestos y la forma en que consiguió ese trabajo es que habría presentado gran pago adelantado al imperio romano, que gobernaba sobre el pueblo judío. La única manera de recuperar su dinero era sobrecargar a las personas, por lo que tendría que recaudar una cierta cantidad de impuestos para el gobierno y si pudiera exprimir a las personas para obtener dinero adicional más allá de lo que debían, esa sería su ganancia margen. Para empeorar las cosas, Levi es judío, por lo que está estafando corruptamente a través de la extorsión, a su propio pueblo para financiar un gobierno dominante impío que los ha tomado.

En cambio, lo que Jesús hace es muy inesperado; Él se le acerca e inicia una relación con Leví. ¡Aquí vemos a Dios en busca de los pecadores y lo hace hasta su lugar de trabajo!. Jesús lo llama a cambiar su vida, a arrepentirse de sus costumbres y a demostrarlo literalmente con actos concretos de arrepentimiento en la fe. De esta manera, Leví se arrepiente de su vieja forma de vida y confía en Jesús para una nueva forma de vida.

Jesús está invitando a este hombre a hacer lo que nos invita a todos a hacer y eso es ser sus seguidores. Él es el Jefe, nosotros somos los seguidores. Se trata de seguir a Jesús en la vida cotidiana.

Ahora, ¿qué hace Levi inmediatamente después? Invita a todos sus amigos a su casa a encontrarse con Jesús. Puedes ver al Espíritu Santo obrando en su corazón. Pasa de ser un hombre muy codicioso a ser un hombre muy generoso. Tan pronto como conoce a Jesús, quiere que otras personas se encuentren con Él y por eso organiza una gran fiesta.

Si Jesús está en mi casa, quiero que los demás también conozcan a este Jesús que me perdonó los pecados, que me llamó a seguirlo, y que tiene una vida nueva y abundante para todos los que se arrepienten de sus pecados.

Querido lector, te animo a que aceptes el desafío de dar a conocer a Jesús a otras personas que lo necesitan. ¡No te quedes tú solo con esta gran verdad, compártelo con otros! Que Dios te dé fortaleza. Te esperamos en nuestro siguiente artículo.

Te saluda el Pr Omar Parma, Pr. principal de la Iglesia Raíces Hermanos Menonitas. omar.parma@hotmail.com 

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