Sin embargo, lo que en ciertos niveles de la vida no solo es aceptable sino necesario, en el mundo espiritual no siempre lo es.
En la vida cristiana la repetición casi inconsciente de ciertas prácticas o formas de hacer las cosas, lleva a la rutina religiosa que puede resultar muy dañina.
En la Biblia encontramos muchísimos pasajes en los que Dios nos llama a no dejarnos atrapar por la rutina o por una sola forma de hacer las cosas, por más exitosa que haya sido en el pasado.
Podemos ver un ejemplo en 2 Samuel 5:17-25. David ha sido coronado rey de Israel y los filisteos, al enterarse, se movilizan para capturarlo. David entra en la fortaleza. Aunque tenía experiencia en combate, no sale y enfrenta al enemigo sin antes consultar al Señor, quien le asegura la victoria.
Poco tiempo después, la situación se repite casi igual. Y David vuelve a consultar al Señor, quien le da una estrategia diferente a la anterior, lo cual le vuelve a dar la victoria sobre los filisteos.
Para David lo importante era asegurar que ese día, en esa batalla, el Señor iría delante de él para darle la victoria, de la manera que el propio Señor indicara.
En una señal de humildad y amor, el rey David consulta a Dios. Era rey, tenía el respaldo y la unción de Dios, pero separa el tiempo para en la intimidad, consultar al Señor.
Esta es una valiosísima enseñanza para nosotros, quienes en muchos casos vamos quedando presos de las experiencias pasadas, de las rutinas, del “profesionalismo”, de “ya sé lo que tengo que hacer”. Ya sabemos cómo, entonces no nos preocupamos por consultar. Y nos justificamos porque hacemos “ministerio”.
“Tenemos nuestra tradición, nuestra forma, sabemos cómo hacer”. ¿Escuchaste esto?
Con el Señor tenemos que estar dispuestos a lo nuevo manteniéndonos conectados con el Espíritu Santo, el mayor estratega de la obra de Dios. Lo que nos ha servido ayer, puede que hoy ya no nos sirva.
Necesitamos encuentros personales diarios con el Señor. El servicio y el ministerio son importantes, pero más importante es que seamos conocidos por el Señor y que le obedezcamos; y que, llegado el momento, Él nos abra entrada al cielo (Mateo 7:21-25).
Te animo a tener ese encuentro reverente con Dios cada día para disfrutar Su intimidad, conocerle, consultarle. Eso hará una enorme diferencia en tu propia vida y servicio.
Walter Neufeld es fundador y presidente de la Fundación Jesús Responde al Mundo de Hoy.














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