En mis últimos años de la secundaria, tuvimos una visita guiada al hospital psiquiátrico. Nuestro profesor de sicología nos indicó enfáticamente no contradecir a ningún paciente, sólo ignóralo.
Al llegar, nos recibió un hombre impecablemente vestido con traje, corbata y carpeta en mano. Le preguntamos la ubicación de un pabellón y gentilmente nos indicó. De inmediato nos aclaró que era el encargado adjunto del equipo médico y que cualquier cosa que necesitáramos, estaba a disposición. Agradecidos por la cortesía, quisimos avanzar pero de nuevo nos interrumpió muy amablemente para preguntarnos si al ingresar en portería no habíamos visto a un grupo de personas preguntando por él. Le contestamos que no, que no vimos a nadie.
Entonces nos pidió unos minutos para contarnos que él es el secretario privado del presidente del Brasil y que le prometieron esa mañana venir a buscarlo. En ese momento, los siete compañeros del grupo, nos miramos discretamente. Dijo que gracias a él la represa hidroeléctrica de Itaipú Binacional, se pudo construir y que es propietario de un puerto (no identificado) sobre el Pacifico, con una flota de 25 navíos transatlánticos. A esas alturas, la recomendación de nuestro profesor de psicología retumbaba en nuestras mentes: no contradigan a nadie, sólo ignórenlo.
Miramos alrededor en busca de alguien con guardapolvo blanco y pinta de psiquiatra, pero volvió a hablar esta vez en voz baja, casi susurrando para decirnos que lo van a buscar en un satélite. Allí se acabó la discreción y aceleramos el paso para escapar del lugar.
En psicología estudiamos que la percepción es diferente a la sensación. Percepción es subjetiva, es como uno mismo se define, como uno se ve. Con toda seguridad este hombre no era el secretario privado de ningún Presidente, no gestionó nada de la hidroeléctrica, no era propietario de ninguna empresa naviera, no lo iban a sacar del hospital y menos en un satélite. Era un enfermo mental, muy grave, pero pacífico. Aparentaba normalidad. En resumen, no tenía el alta neuropsiquiátrico, no tenía el permiso para salir del hospital.
La sensación tiene que ver con nuestros sentidos, vista, oído, tacto, sabor y olor. Nos permiten ver y conocer las cosas como son.
Los de la mal llamada Perspectiva de Género, tratan de convencernos que el sexo es identidad construida a partir de la “auto-percepción”. Dicen que podemos ser: hombre, mujer, no-binario, gay, neither, género variante, género cuestionado (no sabe aún), género fluido (cambian), poligénero, multigénero, intergénero, trans, neutrosis, arroba.com.
No soy psicólogo, pero quisiera ver el resultado de los test de personalidad, psicotécnicos o como se llamen de estos auto-percibidos.
Estoy casi seguro que Salud Pública, declararía sanos a más de la mitad de los pacientes del Neuro y recomendaría la inmediata internación de los postulantes de la Perspectiva de Género.
Los internos del Hospital nunca presentaron un proyecto de Ley para reclamar sus derechos a la auto-percepción. Sin embargo estos últimos, sí.
Ambos tienen en común la auto-percepción, a unos lo llaman enfermos a otros progress.
Pobres internos del neuropsiquiátrico, sufren de discriminación.
Articulo redactado por Periodistas por la Verdad.














Dejá tu comentario