Crisis en pandemia: ¿Qué hacer cuando la mente golpea la puerta?

Lavado de manos, aislamiento, protección, pasaron a ser lenguajes comunes entre las personas, pero no nos ocupamos de entender que somos multidimensionales, cuerpo, mente y espíritu, y solo cuidar del cuerpo terminó afectando negativamente a muchas personas. La mente paso a segundo plano, y debió afrontar sola con toda esa información, hasta ese entonces impensable, no pudo disociarse, generando así estados de depresión, ansiedad, pánico entre otros.

Con este tiempo de aislamiento forzado nos encontramos con nuevos desafíos y estilos de vida que no hubiéramos siquiera imaginado remotamente, empezamos a cuidar de nuestro cuerpo casi con la misma obsesión de un trastornado, ya que el temor a ese ser invisible (virus), que de pronto se apodero de todos medios de comunicación en primera plana, vino a ocupar en nuestra mente un lugar estelar.

Muchos de nosotros no sabemos escuchar cuando la mente colapsa y esta busca la manera de captar nuestra atención, empieza a llamar a la puerta, pidiendo desesperadamente ayuda, ¿cómo lo hace? Generando síntomas en el cuerpo que no pueden ser explicados por otras enfermedades.

El eje intestino cerebro y el sistema nervioso autónomo (que como su nombre lo indica decide por si mismo que hacer) se concatenan y comienzan a funcionar como un semáforo que prende a apaga en su amarillo intermitente.

Tenemos dificultades en el sueño (largas noches interminables con despertares constantes), dificultad para comer (sintiendo pesadez o malestar ante todo alimento ingerido), opresión en el pecho, que puede convertirse en ahogo o peor aún en una idea de muerte por probable infarto (que una y mil veces es descartado por los exámenes) pero que cada noche llama a la puerta, llevan a la persona a la sensación de que su cuerpo saldrá y terminará enloqueciendo.

Todo esto sumado a los numerosos y costosos estudios que dicen que todo funciona normal en el cuerpo, pero que no evalúan así a la mente que toca la puerta, solo la dejan allí tocando y esperando que alguien en algún momento pueda abrir. Si por fin alguien, con un poco de lucidez nos aconseja, es cuando vamos a buscar el tratamiento adecuado. 

Especialista que abren la puerta, para que la mente hable (equipos de psicólogos y psiquiatras) que están allí escondidos en el anonimato vienen a pasarle la mano a esa mente que sufre y necesita alcanzar el equilibrio.

Por: Dra. Cynthia Oviedo – Psiquiatra

Si usted está pasando por algo similar y necesita ayuda puede contactar con el Centro Integral Vuelve a Sonar (CENIVAS), mediante llamadas al (0981) 120 – 028 sin ningún costo y recibir asesoramiento necesario para afrontar de la mejor manera las circunstancias que atraviesa.

Salir de la versión móvil